CDV, un mal perdedor

Cabeza de Vaca ha sido un pésimo perdedor, probablemente el peor de los gobernadores salientes en la historia reciente del país, pues está por cumplirse un mes de su derrota oficial en las urnas -porque muchos dicen que estaba perdido desde antes- y aún sigue obrando como si se fuera a mantener en el poder.
Por un lado trae el tema de querer controlar las Comapas, al nombrar él mismo -y ya no los municipios- a los titulares, siendo ratificados por el Congreso que tiene aún bajo control con los movimientos que ha hecho; además, sólo el Gobernador podría cesarlos, también, con aval del Congreso.
En pocas palabras, él podría correr a los titulares de las Comapas el día de mañana y poner a su gente, obviamente para tener el control de la caja de galletas, de nuevo.
Decimos de nuevo, porque anteriormente Cabeza de Vaca tenía el control a través de los alcaldes panistas, por lo que no era necesario legislar así, pero ahora se sacó eso de la manga para seguir sacando dinero aun fuera de la gubernatura, o al menos eso cree, pues todas esas maniobras que está haciendo para dejar a su gente, aún después de su salida, podrán ser revertidas posteriormente, algunas de manera relativamente sencilla, otras no tanto, pero sin duda muy factibles.
Dicen que una persona con principios sabe reconocer su derrota y retirarse; sin embargo, hemos estado viendo un común denominador en los candidatos panistas que han perdido, lo vimos hace un año con Yahleel y todos sus recuentos, ahora con Cabeza de Vaca y sus absurdas legislaciones, así como su irrupción en el Congreso.
Regresando al tema de las Comapas, eso sin duda mermaría el progreso que han tenido en los últimos meses al haber librado muchas de ellas del yugo del PAN, pues en vez de invertirse los recursos en las mejoras a la infraestructura, ahora sólo irían a parar a los bolsillos de Cabeza de Vaca, al menos en lo que se revierte la medida.