Amables lectores, muchas veces simplemente no les creemos a los candidatos. No es que seamos incrédulos por naturaleza, es por las amargas experiencias de políticos que se la pasan diciendo mentiras sin freno, prometiendo lo que saben que jamás van a cumplir.
¿Qué pasaría si le aplicamos las pruebas del detector de mentiras a los que quieren gobernar?
Imagínese usted:
Candidato.- Seremos ejemplos de gobierno abierto, participativo y con justicia.
Beeb: El candidato está mintiendo.
Candidato.- Haremos de nuestro Estado el polo de desarrollo, con honestidad y un gobierno transparente.
Beeb: El candidato está mintiendo.
Candidato.- Tendremos calles seguras y limpias y escuelas de primer nivel, y reduciremos los gastos innecesarios, como aviones, hoteles de lujo y camionetas blindadas.
Beeb: El candidato otra vez está mintiendo.
Bueno, al menos podríamos elegir al menos mentiroso.
Si a los policías especializados se les aplican pruebas de detector de mentiras, qué pruebas debería pasar alguien que va a ser su jefe, que va a tener a miles de trabajadores bajo su mando, y que tendrá presupuestos de miles de millones de pesos anualmente.
Como mínimo, deberíamos saber cuánto dinero tiene él y su familia, y cuánto espera ganar, y al salir, igual, que se conozca cuánto se enriquecieron él, su familia y sus amigos.
¿Usted, amable lector, qué opina?