Por lo visto y desde su materialización, ese tramo carretero que rodea prácticamente a una gran parte de la ciudad ha sido marcado con el sello del desprecio, al reflejarse ahí ese poco interés por mantenerlo óptimo y funcional; por esto es que ha permanecido el Libramiento Mex-II entre la oscuridad y el abandono político.
Muchos años han pasado desde que se “inauguró”, en consecuencia, se puso en funcionamiento ese libramiento, sin embargo y hasta el día de hoy, visto es que efectivamente sí era necesaria su materialización, sin embargo, tristeza da el ver que su desarrollo, su aprovechamiento, no ha sido al máximo como se esperaba.
Al generarse sobre dicho tramo esa falta de interés, esa pésima imagen, ese desprecio hacia el gremio transportista local, hacia sus similares que vienen del sur del país los que al no haber más, optan por transitarlo esperanzados en que algún día exista en otro estado algo mejor para ya dejar de utilizarlo.
Por supuesto que esto da pauta a pensar en los proyectos del tramo carretero La Gloria-Colombia del vecino estado de Nuevo León, el que, de materializarse, por supuesto que pondría a temblar no solo a la captación de carga por el Puente del Comercio Mundial, sino por igual prácticamente con esto se le esté sacando la vuelta al estado tamaulipeco, propiamente a Nuevo Laredo, dejando de ser ese importante cruce del transporte internacional.
Quizás y ante esa eterna falta de apoyo, es que esos agrupamientos o libres transportistas al menos a nivel local, deberían estar considerando unirse para solicitar a quien corresponda, tanto la administración como la operación de dicho Libramiento Mex-II, válido es que y para recuperar su inversión, se emplee el pago de una cuota para su uso y mantenimiento.
Así y bajo esa responsabilidad, ponerlo a disposición de dichos empresarios para que de alguna forma le inviertan, en consecuencia, le ofrezcan ese más que necesario mantenimiento, adecuándolo a su actividad, por lo mismo haciéndose cargo del gasto como de la administración de los recursos generados por su propio uso.
Por supuesto que esto no puede verse como algo fuera de contexto, pues cierto es que ellos mismos como operadores del transporte local y por la propia carga que trasladan, por su peso y dimensiones, ocasionan daños tanto a la carpeta asfáltica como a las mismas instalaciones por esas constantes y a su paso vibraciones o colisiones.
Deterioros los que como se ha visto no son tan rápidamente atendidos, sufriendo como empresarios del transporte por costosísimos daños a sus mismos tracto camiones, a sus consignados remolques, incluso a sus operadores con lesiones por constantes brincoteos al caer en baches, decesos por volcaduras o choques.
Entonces de aceptar, promover y lograr ese compromiso como empresarios del transporte de carga, bajo el mando y atención de esos profesionales en la administración de este modelo de comercio internacional, se podría vislumbrar un desarrollo más que necesario en todos esos terrenos que a ambos lados flanquean al Libramiento Mex-II.
Terrenos que han estado prácticamente en el olvido a falta de esa visión, de esa falta de atención a tan importante camino del transporte de carga, pues nadie procurará su emprendimiento y destrabe si no son ellos mismos como interesados, como usuarios y propietarios de algunos de esos grandes predios.
Encontrar y bajo su administración esa nueva luz en el camino del comercio de carga transfronterizo, colocando a los lados ese comercio relacionado a dicha actividad como sea necesario.
Instalando paraderos, gasolineras, tiendas de conveniencia, incluso y por qué no, hasta esas áreas de diversión familiar que atraigan y generen economía, las que en conjunto logren esa su mejor función, esa capitalización de dicho tramo carretero.
Toda idea que genere progreso inmediato, en consecuencia, no debe verse como ese imposible o algo descabellado pues es por esa pasividad y falta de empeño en lograr cosas grandes, el que muchos espacios comerciales de Nuevo Laredo han permanecido prácticamente en el olvido, como nada atractivos.
Ante esto, no es válido como residentes de Nuevo Laredo verlo con pesimismo que, de cobrar una cuota, su uso no sería del interés del transportista foráneo, sobre todo de esos que vienen del sur del país, pues pensar así sería como un claro derrotamiento antes de emprender la batalla, al saber que muchos factores están a favor como es el acercamiento hacia el vecino país.
Por todo esto, bueno sería que los transportistas ya tomen la iniciativa en este y otros proyectos que los posicionen como esos absolutos en el comercio trasfronterizo, brindando, brindándose esas herramientas más que necesarias y apropiadas para el desempeño, crecimiento y permanencia de dicha actividad; ver esto no como un sueño, sino bajo su enérgica actitud como toda una realidad.
Libramiento Mex-II, entre la oscuridad y el abandono político
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