Como ya sabíamos que iba a suceder, la iniciativa de reforma constitucional político electoral envidada por el Ejecutivo fue desechada por una minoría rapaz de la oposición, los mismos individuos que se han pronunciado en moratoria legislativa pero que, a pesar de su estrategia de bloqueo e intransigencia de siquiera analizar propuesta alguna que provenga del presidente de la República y que han abandonado su función principal de representación popular y de elaboración de leyes, siguen cobrando y gozando de los privilegios adherentes al puesto.
Sabemos también desde un principio que este bloque conservador no está por ningún motivo y de ninguna manera interesado en representar a los ciudadanos mexicanos, sino se deben entera, leal, y fielmente, a un grupo de políticos oligarcas y empresas extranjeras a quienes sirven y obedecen de manera ciega y sordomuda. Traicioneros de la Patria, tal cual, están en contra de la democracia, de las libertades, y por tanto de todo lo que represente derechos de la mayoría del pueblo, al que, por cierto, no solo desprecian, sino que, repudian y aborrecen.
Este mismo grupo del McPRIAN fue el que se opuso a la reforma eléctrica propuesta por AMLO en meses pasados, que, por cierto, planteaba entre otras cosas, fortalecer a la Comisión Federal de Electricidad así como regular a las empresas privadas, sobre todos las extranjeras, en el sentido de que no siguieran abusando de concesiones extendidas en los malos gobiernos neoliberales. Ahora se rehúsan a reducir el presupuesto de los partidos, eliminar plurinominales, y someter la designación de los consejeros del INE y a los magistrados del TEPJF al voto popular.
Estos mismos traidores a la Patria son los herederos del pensamiento conservador que no contentos con asesinar a Hidalgo, Allende, Aldama y Jimenez, les cortaron la cabeza y las colgaron en jaulas de hierro para exhibirlas en Guanajuato; trajeron a Maximiliano de Habsburgo a suelo mexicano haciéndolo su emperador; reeligieron a Santa Anna en 11 ocasiones, mientras concedieron la secesión de mas de la mitad de nuestro territorio a los gringos; en alianza con estos mismos, asesinaron a Madero; se opusieron a la nacionalización de nuestro petróleo y aprobaron el Fobaproa, entre otras desgracias nacionales.
Hoy, estos mismos personajes de ideología conservadora que además de intolerantes e hipócritas, son clasistas, racistas, y muy, pero muy rateros, son los que no quieren que se toque al INE, ya que son ellos mismos quienes lo tienen cooptado y secuestrado del pueblo al que debe servir. Su odio hacia el Presidente y hacia todos los que estamos de su lado, es mas que evidente. Tan no creen en la democracia que no solo nos han hecho fraude desde las elecciones del 88, para repetirlo en el 2006, en el 2012, sino que, hoy quieren inhabilitar a las corcholatas de Morena por “insolvencia moral”.
Sin candidato visible que levante, sin propuesta, ni proyecto de nación, unidos por el odio, la mentira y la desesperación, emocionados por la sentencia contra la ex presidenta de Argentina, y animados por el golpe de Estado en Perú, piensan que con una marcha de 100 mil personas vestidas de blanco aparentando una impoluta moral, liderados por lo mas recalcitrante de la corrupción y la antidemocracia en nuestro país, podrán regresar algún día por sus fueros, para no extrañar más ya sus privilegios, asaltar la Presidencia para volver a seguir robando.
ADENDUM
Hablando de traiciones, inspirada en Hernán Cortez y senadora gracias a López Obrador, a quien traicionara una vez sentada en su curul, Lily Téllez ha expresado su intención de participar en la contienda electoral para la Presidencia de la república el próximo 2024.
Faltan los otros 40 y tantos de la oposición que también quieren entrarle a la contienda y que también tienen su corazoncito, más los que se apunten en estos días, para que se vayan poniendo de acuerdo en quien será el, o la buena para liderar a la derecha.
Bastantes son los aspirantes, no tan pocos los que los siguen, pero ninguno tiene el apoyo de la mayoría del pueblo.
Y como dijo el Presidente, ¡adelante!, nomás no se vayan a rasguñar.