ESPECIAL

A mi querido amigo, Américo Villarreal Anaya

Escrito en OPINIÓN el

Quisiera expresar desde mi corazón el hilo plateado desde mi pasado, el gran respeto y cariño que representa para mí la familia Villarreal Guerra; nos une desde en vida de mi padre Heriberto Deándar Amador y mi madre Ninfa Martínez, un fuerte lazo pues eran íntimos amigos desde que yo era una jovencita de 17 años. Recuerdo que nos visitaba su tío Emilio Villarreal Guerra con largas pláticas de política internacional, nacional y del estado.

Mi padre nos platicaba que era una familia de las mejores de Tamaulipas, dignificando el suelo patrio con su sentir y hacer, apoyando todas las causas justas y en beneficio de esta tierra tan bendecida.

Las visitas de Emilio, hermano de Américo Villarreal Guerra, eran frecuentes. Mi padre invitaba al doctor Peña y a otros vecinos profesionales luchadores de la democracia y de la paz de una anterior política fallida que venía del portesgilismo. Coincidían en la política humanista y liberal con la familia Villarreal Guerra, de Ciudad Victoria.

En el periódico escribían, apoyaban y proponían al Ing. Américo Villarreal Guerra para la gubernatura de Tamaulipas.

Desde un día antes de la visita de Emilio Villarreal Guerra, preparábamos la amplia sala y comedor de mi casa que es ahora el periódico El Mañana, mi nana Pime Godina, que vivía con nosotros me enseñó a preparar los pancakes, poner la mesa, miel de abeja natural y blanquillos frescos que nos traía mi tío Juventino del Rancho San Ignacio, y claro, sin faltar las tortillas de harina que a mi nana le salían deliciosas. Emilio, hermano de Américo Villarreal Guerra, era licenciado, un hombre culto y letrado, muy guapo, que yo disfrutaba muchísimo el participar en esas pláticas en la mesa donde almorzábamos, lo veía poco, pero lo recuerdo muy bien, gentil y siempre bien vestido; cuando íbamos a México, mis padres, mi nana, mis hermanos y yo, llegábamos a Ciudad Victoria a saludar a la madre de Emilio. Me trae recuerdos inolvidables esta valiosa familia Villarreal Guerra, que mi padre tanto respetaba y quería.

Recordar es vivir, y en la actualidad festejo al hijo del amigo de mi padre que está por asumir el cargo, bien ganado de Gobernador. Se me viene a la mente mi querido amigo Emilio, yo estaba muy joven, pero cómo lo admiraba por su inteligencia y educación.

Felicidades, compañeros tamaulipecos, por la acertada votación mayoritaria y por vencer a la perversión que nos invadió desde Salinas de Gortari en el país y los anteriores y malos gobernantes de Tamaulipas, que exhibió este su periódico desde un principio. El peor fue Cabeza de Vaca, a quien denunciamos con pruebas de raterías y que debería estar en la cárcel, que finalmente vencimos gracias también al buen Gobierno Federal de nuestro presidente Andrés Manuel López Obrador.

“En la prensa libre, el bien siempre vence al mal”.