El gobierno federal debería citar a la secretaria de Comunicaciones y Transportes (SCT) para llevar a cabo un análisis y consulta profunda con respecto al desempeño del único cruce internacional neoleonés, y de reafirmar que desde su construcción y puesta en operación no ha sido funcional, de inmediato la SCT debe despojar a Nuevo León del Puente Colombia.
Según el título de concesión que otorgó en su momento la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) en el apartado “Condiciones” en uno de sus puntos así lo estipula, indicando claramente lo siguiente:
“Décima. - el gobierno federal se reserva la facultad prevista en el Artículo 26 de la Ley de Bienes Nacionales para rescatar la concesión, mediante el procedimiento previsto en dicho precepto”.
Comprobable es esto, al verse que, desde su otorgamiento, el puente Colombia no ha sido en sus primeros 17 años productivo, a falta de esa necesaria eficacia y eficiencia de parte de sus administradores, fideicomisos, del propio estado de Nuevo León.
Soportando esto, asimismo, al estipular en dicho titulo de concesión en el igual apartado “Condiciones” lo siguiente:
“Décima quinta. - además de las causas de caducidad previstas en el articulo 29 de la Ley de las Vías Generales de Comunicación, serán causas suficientes para que la Secretaría declare administrativamente su caducidad en las siguientes:
“b) La negligencia en la prestación de servicios”.
Al constatar de igual modo, que la prórroga por otros 13 años solicitada por el fideicomiso del Puente Colombia en el año 2006, al ser esta una opción estipulada en dicha concesión, no ha sido otra cosa mas que el reconocer y reafirmar que no se ha recuperado la inversión, ni mucho menos obtenido las ganancias de este cruce esperadas, al haber equivocado su visión, o al no lograrse la proyección del tránsito gradual vehicular previsto.
No está por demás recalcar que el estado de Nuevo León, utilizando los preceptos legales previamente establecidos en dicha concesión para la construcción, administración y explotación del Puente Colombia, solicitó una prórroga, lo que equivaldría desde su inicial otorgamiento a 30 años, lapso que este pasado 26 de julio del 2021 llegó a su fin.
Entonces y retomando la prórroga con la que se benefició el gobierno de Nuevo León, en esta última modificación del 2006, claramente resaltan al igual que en la inicial concesión dos puntos importantes en el apartado de “Condiciones”, los que serían de igual modo motivo de inmediata revocación de dicha concesión por parte de la SCT al ser más clarificados:
“Décima quinta. - además de las causas de revocación previstas en el Artículo 17 de la Ley de Caminos, Puentes y Autotransporte federal, la Secretaría podrá declarar la revocación de esta concesión por cualquiera de las siguientes causas:
a).- Incumplimiento reiterado de los plazos que se establecen en dicho título y sus anexos”.
b). - Negligencia grave y reiterada en la operación del puente.
Es por esto que hoy la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) debería obligar al estado de Nuevo León a respetar el titulo de concesión, y por su nula funcionalidad aplicarles el condicionado y ya no otorgarle en esta fecha y ante su vencimiento mas prórrogas y retirársela.
Consultando por igual la SCT a Caminos y Puentes Federales de Ingresos y Servicios Conexos (Capufe) así como a la propia Agencia Nacional de Aduanas de México (ANAM) para que proporcionen sus dictámenes o números con respecto al desempeño óptimo o desastroso en dicho cruce internacional.
Así ya no se proyecten más cosas por esos conceptos al estado de Nuevo León, como el “estimular” a ese inoperante puente internacional ahora con un camino denominado la Gloria-Colombia.
Idea de obra, que el próximo gobernador de Nuevo León, y aún sin ser autoridad de su propio estado, presuma y por lo mismo provoque a sus vecinos estados, ciudades en donde el desarrollo del comercio internacional se da con naturalidad, jactándose de que el Puente Colombia con este nuevo camino vendrá a ser ese detonante, ese nuevo modelo de tráfico de carga internacional.
Sin asomarse este futuro gobernador de Nuevo León a ver el pasado, la historia de dicho puente que no ha traído mas que para con sus estados vecinos como Coahuila y Tamaulipas, un claro enfrentamiento entre dimes y diretes, cargando un falso orgullo que en tres décadas no ha arrastrado más que puras ilusiones políticas para sus propios ciudadanos.
Por todo esto no está por demás recordar que el municipio de Anáhuac, Nuevo León, propiamente en esa congregación llamada Colombia, fue el escenario en donde se concretó el puerto fronterizo Solidaridad.
Materializado proyecto, que se llevó a cabo durante el programa creado y denominado “Solidaridad”, con el que se suponía que la clase más necesitada tuviera mejores oportunidades, una mejor forma de vida, sin embargo y propiamente el Puente Colombia, por supuesto que no comulgaba con esas intenciones, por lo mismo nació viciado.
Pero en esos tiempos, la cúpula empresarial neoleonesa, y después de décadas de anhelar dicho cruce para competir con el comercio internacional de carga, por fin se “frotaba” las manos con la aprobación y su posterior realización.
Recordar que fue el 31 de julio de 1991 cuando fue inaugurado oficialmente el puente en dicho puerto fronterizo Solidaridad, en base a una concesión.
Enterar que el principal motivo para otorgar dicha concesión era precisamente el darle comunicación a través de vías carreteras y puentes y caminos de acuerdo al plan de trabajo de ese entonces de la SCT, para mejorar el desarrollo social y económico del país.
Que con esta concesión del puente internacional se pretendía incentivar en corto plazo a las poblaciones vecinas como Anáhuac, Rodríguez, el propio poblado de Colombia, entre otras.
Ciudades que hasta el día de hoy y al igual que el puente “Solidaridad” o “Bernardo Reyes” o “Colombia” no han logrado cambios significativos, ni progreso, ni desarrollo comercial, incumpliendo Nuevo León dicho propósito.
Al impulsar solo y a través de su fideicomiso de dicho puente, claras necedades que por años los han mantenido en la misma posición, sin avances positivos y concretos, pero sí utilizado por cada entrante gobernador para con sus ciudadanos, como ese ya necesario y desgastado escaparate político.
La SCT debe despojar a Nuevo León del puente Colombia
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