Rivas ya hasta se fue y la promesa -como muchas otras- que le hizo a los vecinos de Villas de San Miguel, se las llevó el viento.
Muy sonada fue aquella frase que ya va para tres años en la que aseguraba que “no saldría” de la colonia hasta pavimentar todas las calles, pero si usted vive ahí o visita la colonia, se podrá dar cuenta de la realidad.
Esta es la razón primordial por la que el PAN perdió en esos sectores populares que Rivas descuidó tanto en cinco años de administración y es también el motivo por el que lo culpan a él de la derrota en las últimas elecciones.
Sin duda muchos de los neolaredenses que salieron a votar y soportaron los retrasos en la apertura de casillas, así como hacer fila en un día tan caluroso como el 6 de junio, lo hicieron por el hartazgo, para castigar en las urnas a un personaje y su partido, sacándolo del poder para evitar que siguieran haciendo tanto daño.
Ahora ha comenzado una transición hacia un proceso de reconstrucción, prueba de ello es que ayer decenas de neolaredenses se reunieron en el área devastada de la ruta jabalí para comenzar poco a poco a enmendar el daño ecológico hecho por el Ayuntamiento, pues ahora ciudadanos plantaron árboles y continuarán haciéndolo una vez que pase la canícula, para que estos puedan lograrse.
La asistencia fue prueba del interés de la ciudadanía en esa reserva natural que los neolaredenses sin duda quieren mantener como el pulmón y área recreativa que todos ven.
Obviamente ese espacio ha estado ahí desde siempre, pero en lo últimos cinco años comenzó a convertirse en un santuario para los corredores y ciclistas, pues algunos incluso iniciaron ahí sus primeros hábitos deportivos, poco a poco los neolaredenses se han ido encariñando con el lugar, por lo que cualquier futura intención de edificar algún proyecto grande ahí que implique deforestar o algún daño similar, sería rotundamente rechazado por los ciudadanos.
Los muchos neolaredenses involucrados en la lucha para frenar el proyecto del “mega parque” celebraron como un triunfo el hecho de que se cancelara de manera definitiva la licitación, convirtiendo al ex alcalde en el villano de la película que vencieron, “pese a quien le pese”.