La presencia del gober no pasa desapercibida, pues el aparatoso convoy que va consigo a todos lados sin duda lo delata.
Cada vez que viene a Nuevo Laredo, escuchamos la misma frase de los ciudadanos que contemplan el gran aparato de seguridad que se carga, “el miedo no anda en burro”, dicen, pero sobre todo, causa una tremenda indignación que un funcionario pueda tener a tantas personas armadas y hasta en vehículos artillados para resguardarlo de cualquier situación, mientras que el ciudadano común debe rascarse con sus propias uñas.
Uno de los episodios que más indignó, fue cuando García Cabeza de Vaca asistió a un desfile utilizando un chaleco antibalas que se notaba claramente a pesar de que quiso disimularlo al utilizar un traje un poco más voluminoso, pero aun así, la figura del chaleco traspasaba.
Más indignante aún es que gane tanto, se gaste tanto en protegerlo y hasta en lujos pagados por el erario, para que al final esos beneficios no se traduzcan en una buena gobernabilidad, en beneficios para los tamaulipecos.
Lo mismo ocurre con sus tantos viajes que realizó en jet privado para trasladarse a varias reuniones con los gobernadores que formó una “alianza”, pero que de igual manera, todos esos traslados con sus respectivos viáticos, no se tradujeron en gestiones para beneficiar a sus representados, sólo sirvió para que se paseara.
En el Fraccionamiento Pedregal, como es usual en esta administración, el Municipio invirtió 9 millones de pesos a pavimentar una calle que tiene una sola construcción, que de hecho es un salón de fiestas, es decir, sin casas a los lados, mientras que en Villas de San Miguel y tantas otras colonias populosas ya quisieran que les pusieran esa misma atención.
Puras fugas con Comapa, por si esta semana no se hubiera ido suficientes veces el agua, ayer por la tarde se volvió a ir por espacio de algunas horas.
Hace algunos años, esa dependencia tenía una planta de luz para contingencias, es decir, que si el suministro de electricidad se interrumpía por alguna razón, había una fuente de energía alterna -y temporal- para que el servicio de agua potable continuara llegando a los hogares neolaredenses mientras se restablecía la luz. Pero eso es ya sólo un viejo recuerdo, es difícil saber si el presupuesto les permitiría adquirir uno de esos.
Ya se comenzó a aplicar la segunda dosis de la vacuna del Covid-19 para el personal médico en Nuevo Laredo y en Altamira hasta vacunaron adultos mayores, lo que abre la puerta para que eso ocurra próximamente aquí también.