Continuemos el recuento de las derrotas de Hernán Cortés en el campo de batalla:
7. Hacia el 15 de abril de 1521, de vuelta de someter a Cuauhnáhuac (Cuernavaca), Cortés cayó sobre la principal de las ciudades chinamperas y aliada clave de Tenochtitlan: Xochimilco. Combatió durante cuatro días contra xochimilcas y mexicas. Murieron quizá una veintena de españoles (cuatro de ellos, capturados vivos, fueron sacrificados). Cortés fue derribado de su caballo y salvado de la muerte por poco. Al cuarto día de combate ordenó la huida abandonando las riquezas saqueadas en el valle de Cuernavaca y todo peso innecesario, incluyendo las armas de fuego que les restaban. En la fuga a Coyohuacan (Coyoacán) fueron heridos de muerte otros ocho españoles.
8. A fines de abril se botaron los famosos bergantines (unas trajineras con cobertura para las armas de fuego) y Cortés decidió cerrar el sitio de Tenochtitlan. Para ese momento acompañan a los españoles unos 50 mil guerreros mesoamericanos. Tras varias semanas en que la situación favoreció a los tenochcas, Cortés ordenó un ataque general el 9 de junio. Encabezados por el valeroso capitán general, los españoles y 20 mil aliados llegaron hasta el recinto sagrado, pero fueron derrotados y puestos en fuga.
9. Hacia el 11 de junio los señores de Xochimilco pactan con los españoles y tras ellos, se suman a la alianza antitenochca Mixquic y Cuitláhuac (Tláhuac), lo que obligó a Iztapalapa, Churubusco Culhuacán y Mexicalcingo a someterse a Cortés para no quedar aislados. Importa recordar que en Xochimilco había sido vencido Cortés y que, como recordarían sus gobernantes a lo largo del siglo XVI, los xochimilcas se consideraron aliados, no sujetos. Al sumarse los altepemeh chinamperos a Cortés, los tenochcas perdieron el control del lago y el sitio empezó a serlo realmente.
10. El 24 de junio, otro ataque terminó con ocho españoles muertos y muchos heridos, entre ellos Alvarado. Cortés planteó suspender los ataques, pero dice que cedió a la presión del tesorero real Juan de Alderete. En realidad, al culpar a Alderete y luego diluir su responsabilidad al asegurar que la decisión la tomó un consejo de guerra, Cortés buscaba eludir la responsabilidad del mayor desastre militar tras la noche de la huida, otra vez en 30 de junio.
11. El 30 de junio entraron a Tenochtitlan 300 españoles y 45 mil aliados apoyados por 3 mil canoas y siete bergantines con la intención de tomar el mercado de Tlatelolco. Cortés cayó en una trampa y sus fuerzas quedaron copadas. ¿Resultados? El capitán general, que volvió a hacer alarde de valor, es salvado de la muerte (por los tlaxcaltecas). Escribió: “En este desbarato mataron los contrarios 35 o 40 españoles, y más de mil indios nuestros amigos, e hirieron más de 20 cristianos, y yo salí herido en una pierna; perdióse el tiro pequeño de campo que habíamos llevado, y muchas ballestas y escopetas y armas”. Otras fuentes hablan de hasta 50 españoles capturados y sacrificados.
12. Cortés cambió de estrategia: se trató de cegar todo canal ocupado, destruir cuanta casa, chinampa, manzana quede en su poder. Aun así, tardó 45 días más en someter a quienes ya estaban ampliamente rebasados por el número de sus atacantes, y que fueron reducidos por el hambre y la miseria.
13. La quinta carta de Cortés hace lo que uno de sus biógrafos, José Luis Martínez, llama la “crónica de una acción insensata”: la desastrosa expedición a las Hibueras (Honduras) en 1524-1526, que muestra una imprevisión y falta de planeación indignas por completo no ya de un “genio militar”, sino de cualquier buen general.
Terminado el breve recuento (habría más), ¿seguimos pensando que un puñado de españoles sojuzgaron un imperio? En la guerra contra México-Tenochtitlan participaron menos de 3 mil europeos, de los que se calcula que un millar murieron en la noche de la huida y la batalla de Otumba, la mayoría por infecciones de las heridas. Cientos fueron capturados vivos y sacrificados entre julio de 1520 y junio de 1521. Otros murieron en diversas acciones. Es decir, Cortés llevó a la muerte al menos a dos de cada tres de sus hombres.
La guerra fue mesoamericana y la victoria, de los 90 mil guerreros mesoamericanos que con sus propios mandos estaban presentes en el verano de 1521 en la cuenca de México. Sin embargo, los españoles usufructuarían la victoria, pero esa es otra historia que no tiene que ver con el inexistente enfrentamiento entre “modernidad” y “atraso”, ni con el inexistente “genio militar” de Cortés.
Twitter: @HistoriaPedro