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El descubrimiento: ¿maldición o bendición?

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Año con año, van cobrando fuerza, un movimiento indigenista que polariza y matiza la historia, aferrándose a la llamada “leyenda negra”, un  instrumento de propaganda inglesa, para desprestigiar los valiosos aportes que España brindó a nuestro país, como desacreditar la evangelización, y, la manera de hacerlo es dañando monumentos históricos a los cuales, durante docenas de años, a nadie molestaban. Pero ahora, movimientos identificados por la izquierda, muestran el peor rostro de vandalismo y de fanatismo, dizque defendiendo a los llamados pueblos originarios, cuando no realizan ninguna acción importante a favor de los grupos más débiles de la actualidad. No argumentan: ofenden.
Definitivamente no se pueden negar las vergonzosas conductas de muchos quienes llegaron a nuestro país que, desobedeciendo las órdenes de los reyes católicos, quienes prohibían el trato inhumano a los pobladores de los continentes y a las audiencias establecidas en nuestro país, para escuchar a los pobladores del país, ante aquellos que mostraron sus ambiciones y su crueldad.
Sin embargo, los pueblos originarios no se distinguían por ser pacifistas y, esos monumentos prehispánicos que hoy nos maravillan, fueron gracias al trabajo de esclavitud de pueblos sometidos, así como las decenas de miles de ellos, que eran sacrificados cada año por los aztecas en las llamadas “fiestas floridas”. El hartazgo ante su crueldad, hizo que se aliaran con los españoles… “Cría cuervos y te sacarán los ojos”.
El pasado día 28, en su mensaje a México, entre otras cosas, el papa Francisco afirmó lo siguiente:  
“Para fortalecer las raíces es preciso hacer una relectura del pasado, teniendo en cuenta tanto las luces como las sombras que han forjado la historia del país.
“Esa mirada retrospectiva incluye necesariamente un proceso de purificación de la memoria, es decir, reconocer los errores cometidos en el pasado, que han sido muy dolorosos.
“Por eso, en diversas ocasiones, tantos mis antecesores como yo mismo, hemos pedido perdón por los pecados personales y sociales, por todas las acciones u omisiones que no contribuyeron a la evangelización.
“En esa misma perspectiva, tampoco se pueden ignorar las acciones que, en tiempos más recientes, se cometieron contra el sentimiento religioso cristiano de gran parte del Pueblo mexicano, provocando con ello un profundo sufrimiento.
“Pero no evocamos los dolores del pasado para quedarnos ahí, sino para aprender de ellos y seguir dando pasos, vistas a sanar las heridas, a cultivar un diálogo abierto y respetuoso entre las diferencias, y a construir la tan anhelada fraternidad, priorizando el bien común por encima de los intereses particulares, las tensiones y los conflictos”.
Desafortunadamente, ciertos grupos indigenistas, encerrados en sus prejuicios, solamente maldicen esos tiempos: el vandalismo y la grilla son lo que los distingue.
Pero, no podemos olvidar, esas acciones “más recientes” que se volvieron contra el sentimiento religioso. ¿Se referiría a los dictámenes de la SCJN? Y por otro lado, nos invita a “curar las heridas”.
En realidad, pareciera que hay quienes parecen obsesionados en un pasado para confrontar, un pasado que, para bien o para mal, no es posible modificar, que son incapaces de construir en el presente un futuro.
No se trata de justificar rencores, sino para solucionar un  presente tan complicado. Apelar a la inteligencia, no a los insultos. El sabio aprende de su pasado para no cometer los mismos errores. Pero, en ello, como siempre, usted tiene la última palabra.
padreleonardo@hotmail.com