Con el paso del tiempo, es como poco a poco la ciudadanía de Nuevo Laredo ha dado cuenta que bajo la administración municipal 2018-2021 nada era cierto, al externar la entrante alcaldesa, que al tomar posesión no se contaba para muchas obras prometidas con suficientes recursos; por esto, es que vuelve a retumbar el caso Rivas/Sanmiguel: con 350 mil pesos iban a crear un “megaparque”.
Unos cuantos meses bastaron para conocer la actuación de este personaje político, pues comprobable fue que como munícipe no mostró eso que por siempre pregonaba, al ocultar y omitir el estado real en que recibía dicha administración municipal, entonces es Arturo Sanmiguel Cantú, un ex alcalde suplente que calló ante su propio pueblo.
Con esto, quizás la figura del contador público Arturo Sanmiguel Cantú y de arriesgarse ante futuras contiendas políticas quede en segundo plano, al entender que quien disimula, o guarda silencio en algo que afecta al pueblo en general, a esos que se supone representa o administra, se tomaría esto no tan solo como una traición, si no mas bien como de su parte una gran mentira.
El 5 de marzo de este año fue la señal mas que indicativa para entender cuál sería la función de dicho alcalde suplente, tarea que no sería para beneficiar a la ciudad de Nuevo Laredo, si no mas bien y por lo que se vio en el desarrollo de su función, el de omitir, disimular y evadir todo cuestionamiento hacia dicha administración municipal en ese momento a su cargo.
Entonces, y a estas alturas es entendible, el porque se avocó solo a tareas menores, internas propias de esa administración como el ajuste de personal municipal, en lugar de enfocarse en asuntos mayores como los destinos y uso de los dineros del pueblo.
Callar ante esa evidente falta de dinero para obra, de falta de apoyo hacia la ciudadanía en cuestiones de salud, de educación, cultura y deporte, ocultar que ya no había nada de presupuesto, sí que es delicado.
Por supuesto que, ante estas omisiones, la figura del contador publico Óscar Enrique Rivas Cuéllar no queda a un lado, al saber que fue precisamente quien propició todo el desorden administrativo.
Pero. y ante esa autoridad suplente a cargo del contador Sanmiguel, queda claro que debió ser más que necesario transparentar toda su actuación, esto en base a acciones de credibilidad, reconociendo por principio de cuentas que efectivamente existieron indicios de malos manejos, o comprobar con elementos suficientes y tangibles que todo se debió a una mala percepción o interpretación ciudadana.
Pues en contraste, hoy, la licenciada Carmen Lilia Canturosas Villarreal, en su calidad de alcaldesa, por supuesto de ideologia política diferente, día a día ha estado manifestando infinidad de situaciones que cuestionarían, y por mucho, la actuación de Sanmiguel-Rivas.
Y no precisamente por revanchismo político, ni por hacerlos quedar mal ante el pueblo, si no al comprobar con hechos y documentos en mano, que no se ejerció correctamente su actuar, al no canalizar y transparentar correctamente los dineros por participaciones generadas.
Entendiendo con esto, que la falta de obra, de proyectos que impulsaran la economía, esas fuentes de trabajo en su momento, entre otras cosas como mas desarrollo hacia los cuatro puntos cardinales de esta frontera ya agendados y presupuestados, serían esas sus nulas acciones las que verdaderamente marcaron negativamente su actuar.
Por esto, es por lo que el desempeño del contador publico Arturo Sanmiguel Cantú, en su calidad de alcalde suplente, no cumplió con su encomienda como lo esperaba la ciudadanía en general.
Pues de haber hablado desde su toma de posesión, revelar lo que halló, esto en verdad que hubiera sido tomado no como una traición a su propio partido el PAN, si no como una verdadera acción sincera y honesta para con su propio pueblo.
Hoy, y a escasos quince días de haber entregado Sanmiguel Cantú la presidencia municipal, es evidente que todo lo que decía y pregonaba a favor de Nuevo Laredo era falso, pues como ese alcalde suplente que fue, hoy resalta esa complicidad.
De no haber sido así, bueno sería y ahora como ciudadano, convocar al pueblo, tomar la palabra frente a los distintos medios de comunicación y externar sus opiniones, sus verdades, hablar de frente, revelar o aclarar antes y durante su mandato al menos los siguientes asuntos:
Decir el porqué no se atendió correctamente la obra pública, si efectivamene desde marzo que ya no había recursos, aclarar en qué se utilizaron entonces los dineros municipales y en tan corto tiempo.
Al ser la salud ciudadana un tema más que delicado, externar el porqué miles de personas fueron rechazados, no apoyados al entender que el presupuesto para esto establecido, debió alcanzar para atenderlos a todos por igual y por un periodo mucho más largo.
Definir, si efectivamente se tenía proyectado el concluir el hospital hacia el poniente de la ciudad, o solo fue un ardid publicitario para darle realce a esa administracion municipal en época de elecciones.
Aclarar, si ese tan mencionado centro de convenciones iba a ser una realidad, o fue una parte de ese gran paquete de “proyectos de ilusion” externado hacia toda la ciudadania.
Mencionar y sin titubear, si ciertamente iban a realizar el famoso “megaparque” casi al final de su administracion y en tiempo récord y con sólo 350 mil pesos de presupuesto.
Reiterar, que callar ante la ciudadania a quien representa y administra no es digno de nadie que se ostente como ese promotor del bienestar ciudadano.
Entonces, y de no ser nada de esto cierto, o que no le conste como alcalde suplente en su momento de irregularidades o malos manejos y que por lo mismo no tiene nada que externar, debería entonces si aclarar, como es que permitió u ordenó el despojo de la papelería e infinidad de archivos, sí, esos que “hablan solos”, aun y a sabiendas de que no le pertenecían a esa administración municipal 2018-2021, ni al alcalde con licencia, ni a él como alcalde suplente, si no al propio pueblo de Nuevo Laredo.
Caso Rivas/ Sanmiguel y su “megaparque”
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