Actualmente está muy de moda el uso de lo que han dado en llamar “lenguaje inclusivo” que se empeña en incluir al género femenino en toda designación, no sólo no aceptan, sino que rechazan y reprueban el uso del genérico, aduciendo que la gramática es “machista” dado que el uso del genérico sólo hace alusión al género masculino; sin embargo, cualquiera entiende que hace referencia a hombres y mujeres. Cuando decimos: Los niños de México, obviamente nos referimos a todos los niños, hombres y mujeres, si decimos: Los mexicanos somos..., estamos haciendo referencia la totalidad de sus habitantes del país, sin importar el género.
El uso indiscriminado y fuera de lugar del “los y las” sólo deforma la sintaxis y destroza la semántica, pues si digo los y las mexicanas, estoy cometiendo una falta de concordancia al dejar a “los”, sin mencionar o al revés, si digo las y los mexicanos, ya dejé fuera a las mujeres. La gramática es muy clara y explicativa. No intenta ni pretende ser excluyente o discriminatoria, no se le puede acusar de misógina, además está en femenino, no se dice el gramático. Y como ésta, hay multitud de palabras, sustantivos y adjetivos que sólo tienen el femenino y los hombres no reclamamos que se masculinicen.
Están llegando al colmo cuando una diputada, ávida de notoriedad ha propuesto que se designe como “Cámara de Diputados y Diputadas”. Cuando exigen el uso de un lenguaje inclusivo para diferenciar al hombre de la mujer, están olvidando que actualmente se reconocen una gran cantidad de géneros como la comunidad de los LGBTTT. En ese tenor, se tendría que usar un artículo para los hombres trans, otro para las mujeres trans, otro para los gays y otro para las lesbianas, en fin, estarían en su total y absoluto derecho de reclamar igualdad y equidad de género. Sin embargo, este grupo está más preocupado en luchar por su reconocimiento legal y ahí la llevan, aunque nosotros no lo entendamos, ellos también existen y tiene los mismos derechos de todos los mexicanos.
Yo creo que la mujer tiene un lugar preponderante en la sociedad, siempre lo ha tenido, aunque no siempre se le ha reconocido. Poco a poco han logrado su reconocimiento y se han ganado el respeto de la sociedad. La mujer tiene capacidades especiales de las cuales carecemos los hombres. Les voy a platicar una anécdota que ilustra esto: dando yo clase en la preparatoria, descubro una chica con audífonos semiocultos en su cabello e inclinada texteando en el celular. Me paré junto a ella y le cuestioné: “¿Me puedes explicar cómo le haces para estar oyendo música con tus audífonos, texteando en el teléfono y poniéndome atención?”. Levantó la cara, me miró tranquilamente y su respuesta fue lacónica y contundente: “Soy mujer”. Me quedé frío y petrificado, así de simple y era verdad.
La mujer es capaz de esto y más, nosotros si mascamos chicle y corremos, nos mordemos la lengua. En la mesa de café, participamos de a uno por uno, como en el teatro, en cambio las mujeres pueden hablar todas al mismo tiempo de temas diferentes y llevan el hilo de la conversación de todas, pueden estar en todo a la vez.
Esa increíble capacidad de poder atender diferentes cosas a la vez las hace extraordinarias como la vitacilina, “en la casa, en la oficina”, por eso son magníficas dirigentes, administradoras (si son capaces de hacer malabares con el exiguo sueldo del marido, de qué no serán capaces), aunque nos duela. Además, no hacen “san lunes”.
Por esto y muchas cosas más, ven a mi casa esta Navidad, ¡ah no!, por esto y muchas cosas más, las mujeres no necesitan competir con los hombres, de antemano salen ganando, mi madre decía que, si los hijos los tuvieran alternadamente, las familias serían de sólo tres hijos, el primero lo tendría la mujer, el segundo el hombre, el tercero la mujer y el hombre jamás tendría otro. Es harto sabido que la mujer es más fuerte y resistente al dolor, tanto físico como emocional. Una viuda, saca sola a su familia adelante, un viudo inmediatamente busca mujer para que le ayude. Por estas razones y miles que no expongo por falta de tiempo y espacio, no entiendo porqué la mujer se ha empeñado en esta lucha por el lenguaje inclusivo, cuando hay miles de cosas de mayor importancia y relevancia que debe de exigir. No acepto la expresión de que el hombre le debemos “de dar” a la mujer su lugar, su libertad, su independencia, ¡no!, la mujer no tiene que pedir ni esperar, sino asumir el lugar que le corresponde. El día que se faje bien la enaguas, espero que no se nos caigan los pantalones.
Gracias amable lector por la gentileza de su atención, sé de antemano que no estará de acuerdo con muchas de mis premisas, pero así me educaron y así pienso. Le deseo un espléndido fin de semana en familia. Ya falta menos.
El lenguaje inclusivo
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