Y no me refiero al clásico y excitante tema de los Bee Gees de los años setentas. Más bien apunto a los Halcones Marinos de Seattle (5-0), que en un encuentro con final vibrante ante los Vikingos de Minnesota, lograron mantener el invicto, aún cuando en términos generales, fueron dominados por la escuadra dirigida por Mike Zimmer; a final de cuentas, lograron sobrevivir y amarrar su quinta victoria de la temporada. Seattle necesita ajustes inmediatos, en especial en el costado defensivo. Cuando Pete Carroll fue cuestionado respecto a cuantos ajustes serán requeridos ahora que tendrán una semana de descanso, su respuesta fue categórica: “todo”. Es un equipo que está empezando a levantar la mano para llegar lejos en la presente campaña, con fuerte mentalidad y un Russell Wilson implacable (1,502 yardas, 19 pases de anotación y 3 intercepciones ) y jugadores que han sido una grata revelación como el receptor D.K. Metcalf (496 yardas, 5 recepciones para anotación y un promedio de 22.5 yardas por recepción), impresionante la química que ha desarrollado con Wilson. Atención con esta versión del conjunto del estado del lejano oeste.
Hablando de “mentalidad”. Este término puede marcar la diferencia en una liga tan demandante y competitiva como lo es la NFL. Me pregunto si algo está afectando en ese sentido a los Jefes de Kansas City. Arrancaron la temporada en forma contundente, a los ojos del mundo, parecían invencibles. Pero en los últimos tres partidos han mostrado algunas lagunas. Los Cargadores de Los Ángeles resultaron ser mucho más complicados, a pesar de que el joven mariscal Justin Herbert carece de experiencia; estoy convencido que si los Patriotas de Nueva Inglaterra hubieran contado con Cam Newton, les habrían ganado ese enfrentamiento y en esta última jornada, los Raiders de Las Vegas, un conjunto que sí, está adquiriendo una mejor dimensión pero que lo percibo todavía volátil, básicamente “desnudó” y venció de manera convincente al conjunto de Patrick Mahomes. Luego entonces, la presunta es: ¿Existe exceso de confianza en las filas de los Jefes? Inclusive, ¿Soberbia? Próximo Lunes tendremos un panorama más claro al respecto, cuando enfrenten a otro equipo que perdió el invicto: los Bills de Buffalo.
La lesión en el tobillo de Dak Prescott, mariscal de campo de los Vaqueros de Dallas, lo margina toda la presente temporada (¡Que desafortunada e inoportuna situación para este atleta! En especial por el tema de su situación contractual). Todo parece indicar que el equipo de la estrella solitaria complica seriamente sus aspiraciones para llegar a la postemporada. En lo personal considero que no será así. Andy Dalton llegó a esta organización como un suplente de lujo. En realidad es un pasador bastante decente que desperdició y sin duda, se acomodó en una zona de confort con un equipo que se ha distinguido por su marcada mediocridad en los últimos años, los Bengalíes de Cincinnati (la temporada pasada registró 3,494 yardas, con 16 pases de anotación y 14 intercepciones). Pero en realidad, yo no observo signos determinantes de decadencia en su juego, como otros en su posición, también veteranos: Philip Rivers o Joe Flacco por mencionar algunos. La ofensiva de Dallas está cargada de armas de excelso nivel y bien dirigida por Kellen Moore, el coordinador ofensivo. Por ello, me parece que por ese lado no habrá tanto problema, sino más bien, es imperativo que la defensiva se reestructure, la cual, como la estrategia de Mike McCarthy, han decepcionado ampliamente. Así que, por increíble que parezca, sí en dicho costado se realiza el ajuste adecuado, todavía se puede recuperar una campaña relativamente decente, y en especial tomando en consideración que la división Este de la NFC es una verdadera lástima: Águilas de Filadelfia es un hospital y tanto Gigantes de Nueva York como Washington Football Team no tienen una dirección definida. Los Vaqueros de Dallas tienen su futuro en sus manos.
Promedios Andy Dalton, defensiva porosa y marasmo otros equipos.