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La víctima (o ‘vístima’)

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Escrito en OPINIÓN el

Cada vez que se da a conocer que un menor neolaredense pierde la batalla contra el cáncer, la comunidad se consterna y muestra su luto.

Se trataba de Uriel Castro Ibarra, quien padecía leucemia, y fue uno de los niños que la comunidad apoyó y Dr. Sonrisas le cumplió uno de sus sueños.

Lamentablemente nadie le pudo conceder lo que más quería, que era vivir y planear como los demás niños, lo que sería de grande.

En el ámbito noticioso constantemente se observan contrastes muy intensos, pues mientras en los últimos meses algunos adolescentes y otros adultos sin ninguna condición de salud se han quitado la vida, decenas de niños con cáncer quisieran esa oportunidad de tener en su futuro años y poder aprovecharlos.

Esto es un recordatorio para todos de que disfrutemos la vida y aprovechemos para pasar tiempo de calidad con los seres queridos; también es importante reconocerle a Uriel, la dura batalla que emprendió hasta el final, una fortaleza que no cualquiera tiene y que definitivamente debemos tomar con ejemplo.

Pues Rivas siguiendo la línea de su patrón, optó por hacerse la víctima (o “vístima”) en varios temas, echándole la culpa al gobierno federal, como si los gobiernos estatales y municipales no tuvieran ingerencia alguna.

En este tenor varios columnistas abordaron la postura de Cabeza de Vaca, resaltando cómo alguien que en sus tres años de gobierno no sólo no ha cumplido sus promesas y expectativas para atacar la inseguridad, critica a un gobierno entrante, pero sobre todo que se la ha pasado hablando a espaldas del Presidente y cuando está frente a él se le ve muy “mansito”.

El tema de seguridad no es sólo del gobierno federal, para muchos, este siempre fue un tema más local, pues siempre los estados y municipios se encargaban de salvaguardar la integridad de sus ayuntamientos, aquí en Nuevo Laredo fue así por muchos años con la desaparecida Policía Municipal, que hoy en día fue reemplazada por la Estatal y otras corporaciones.

Ayer las calles de la ciudad se vieron inusualmente solitarias, incluso en horas pico el tráfico era mucho menor al acostumbrado, los ciudadanos mantuvieron al mínimo sus salidas a la calle, prácticamente sólo lo necesario y a veces ni eso.

Esto siempre trae como consecuencia una reducción considerable del flujo económico, principalmente en restaurantes y de seguir así para el fin de semana, también en bares.