El clima en Nuevo Laredo parece danzar al ritmo de la Feria y Exposición Fronteriza. Cada año, cuando este evento popular arranca, las nubes se congregan y desatan precipitaciones que rompen la intensa sequía estival.
Tras meses de calor abrasador, con temperaturas que superan fácilmente los 40 °C, las lluvias llegan como un alivio inesperado, transformando el ambiente árido en un paisaje húmedo y fresco.
La llegada de las lluvias y la Expomex
Este fenómeno lleva años captando la atención de los ciudadanos, quienes se preguntan si la relación entre la feria y las lluvias es un capricho de la naturaleza o un patrón real.
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Durante años, los registros meteorológicos muestran que las precipitaciones suelen coincidir con las fechas del evento, que reúne a miles de visitantes en la ciudad.
Incluso, en ocasiones, tormentas intensas han sorprendido a los asistentes, obligando a los organizadores a tomar medidas para proteger las actividades al aire libre o suspender eventos programados con meses de anterioridad.
Por otro lado, un dato curioso alimenta la especulación: en los escasos años en que la feria ha sido cancelada, las lluvias no llegaron.
Esta coincidencia ha dado pie a teorías populares que mezclan mitos y realidades. Algunos habitantes creen que la energía colectiva de la feria, con su bullicio y celebración, podría influir en las condiciones atmosféricas, aunque los expertos lo atribuyen a ciclos climáticos regionales.
Explicación científica
Mientras tanto, los meteorólogos locales sugieren que la transición estacional, típica de esas fechas, podría explicar las lluvias.
Sea mito o realidad, el clima sigue siendo un protagonista inesperado en la Expomex de Nuevo Laredo, tejiendo historias que enriquecen la tradición de esta popular celebración fronteriza.