SALUD

Sobrepeso y obesidad en niños están al alza en Nuevo Laredo

Uno de cada tres menores en NLD tiene kilos de más, lo que se agrava en su adultez, por lo que sufrirá diabetes, hipertensión y males de índole cardiaca

Escrito en NUEVO LAREDO el

Es una emergencia de salud, a la que pocos toman en cuenta.

En Nuevo Laredo, uno de cada tres niños sufre de obesidad o sobrepeso, una condición que se agrava con el paso de los años y el resultado es que ocho de cada 10 adultos tienen este mismo problema.

Quizá para muchos no es malo tener unos kilos de más, sin embargo, con los años la situación se pone peligrosa y viene acompañada de diabetes, hipertensión, males cardiacos y otras muchas más enfermedades. Un ejemplo aterrador es que 69 mil neolaredenses reciben tratamiento para la diabetes.

Eso representa al erario unos 13 mil 322 pesos por persona al año, en promedio. Nuevo Laredo se ubica un poco por debajo de la media nacional de 3.8 niños de cada 10 con kilos de más, pero lo grave es que el problema no sólo no ha sido controlado, sino que va en aumento, con el consentimiento o ignorancia de los padres. Va un ejemplo: en 2010 se hizo un estudio entre la población preescolar.

Resultó que 28 por ciento de los niños de hasta 5 años sufrían de algún tipo de obesidad o sobrepeso. Para 2018, el número de menores con kilos de más había aumentado a 29 por ciento y hoy en día es de un poco más de 30 por ciento.

Un dato importante de 2018: de los 12 mil 511 menores de 5 años que estaban inscritos en la Clínica 78 del IMSS, un enorme 85 por ciento no sufrían de sobrepeso u obesidad, un porcentaje muy a la par con aquellos que recibían atención en guarderías del propio instituto, en donde la alimentación sana es parte de sus programas.

David Kershenobich Stalnikowitz, secretario de Salud en México, dijo que se detectó un alto consumo de azúcar entre los niños en edad escolar. Stalnikowitz explicó que hay una fuerte relación entre la obesidad y la diabetes, sobre todo cuando hay un desequilibrio entre el consumo de azúcar y producción de insulina.

“El consumo de azúcar cuando es vacío, es decir, cuando no está asociado a otros productos nutritivos, entonces a eso le llamamos calorías vacías, y las calorías vacías estimulan la producción de insulina y generan resistencia a la insulina, y entonces se almacena en forma de grasa, detalló.

“Es muy distinto cuando el azúcar se da con otros nutrientes, por ejemplo, frutas y vitaminas, en los cuales también hay minerales, proteínas, antioxidantes y fibras. Entonces, lo importante es evitar las calorías vacías”, señaló.

Pero, aunque el consumo de azúcar está fuertemente relacionado con sufrir sobrepeso u obesidad, hay otros factores que impulsan el problema de manera exponencial.

Entre los niños de 5 años, 63 por ciento está frente al televisor, su computadora, tablet o teléfono unas tres horas al día, y lo peor es que 90 por ciento no realiza ninguna actividad física con regularidad. Lo peor del problema no son los kilos de más, sino la poca importancia que los padres le dan.

Por ejemplo, en un estudio realizado entre 792 estudiantes de primaria, 83 presentaban sobrepeso y 153 obesidad y sólo 15 padres de familia aceptaron que sus hijos recibieran tratamiento.

La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) advirtió que, a partir de los 40 años, las personas que consumieron bebidas azucaradas y comida chatarra desde niños desarrollan el Síndrome Metabólico, caracterizado por la obesidad, diabetes, cáncer, apnea del sueño, hipertensión arterial, daño renal, hígado graso y alteraciones ortopédicas, entre otras afectaciones cardiovasculares.

“Ya tenemos menores de 8 o 10 años que padecen diabetes tipo 2, cuando antes esa enfermedad se presentaba después de los 40 años. Estamos hablando de que 30 por ciento de niños con sobrepeso y obesidad tiene prediabetes”, alertó Ana Lilia Rodríguez Ventura, de la Facultad de Medicina. Quizá sea hora de retirar los refrescos, las frituras y otros “alimentos” chatarra del alcance de sus hijos. Bueno, eso si su intención es criar a niños que de adultos no pasarán gran parte de su tiempo en una clínica de salud.

Con información de Emma Treviño y Alma Cristela Briones