La empresa Smurfit Westrock reportó que la inversión de 23.5 millones de dólares en la modernización de su planta ubicada en Nuevo Laredo, Tamaulipas, como parte de su estrategia global para avanzar hacia un futuro con cero emisiones netas.
La renovación no sólo duplicó la capacidad de producción, sino que también permitió reducir las emisiones de dióxido de carbono (CO2) del sitio hasta en un 40 por ciento.
“Invertir en la modernización de activos y adoptar las mejores tecnologías disponibles” es una de las claves del plan de transición climática de la compañía, que ha sido validado por la iniciativa Science Based Targets (SBTi), alineándose con el Acuerdo de París, de acuerdo con su Reporte de Sustentabilidad 2024.
El proyecto en Nuevo Laredo se enmarca en un plan de descarbonización que actúa en tres horizontes: en el corto plazo, mediante mejoras tecnológicas inmediatas; en el mediano plazo, sustituyendo equipos con altas emisiones; y en el largo plazo, con el desarrollo y prueba de tecnologías emergentes, como hidrógeno, energía geotérmica y bombas de calor.
Smurfit Westrock detalló que sus acciones abarcan emisiones de Alcance 1, 2 y 3. En las dos primeras —generadas por sus propias operaciones y consumo energético— han optado por el uso de biocombustibles, electrificación y cogeneración de calor y electricidad, así como la compra o generación in situ de energía renovable.
Para las emisiones de Alcance 3, que involucran a su cadena de suministro, implementan programas de abastecimiento responsable y colaboran con clientes en soluciones de menor huella de carbono. La empresa señaló que este tipo de inversiones ya ha dado frutos en otras regiones.
En 2020, invirtieron 134 millones de euros en una planta de biomasa en Nettingsdorf, Austria, lo que permitió reducir 40 mil toneladas de CO2. En Estados Unidos, modernizaron su planta en Florence, logrando una reducción del 18 por ciento en el uso de energía térmica, mientras que en Alemania, la planta de Zülpich disminuyó 55 mil toneladas anuales de emisiones tras un rediseño de caldera.
Aunque el enfoque actual se concentra en la reducción directa de emisiones, la compañía reconoce que “pueden alcanzar un punto en el futuro donde existan emisiones residuales que no puedan eliminar”.
En esos casos, se evaluarán mecanismos de neutralización “apropiados y creíbles”. Smurfit Westrock subrayó que la escalabilidad de las tecnologías descarbonizantes más allá de 2030 “dependerá también de la acción gubernamental y el desarrollo tecnológico”.