TRADICIONES FRONTERIZAS

'La Coneja': el 'Easter Day' a la mexicana que se convierte en una fiesta en la frontera

Más allá de solo importar una celebración de Estados Unidos, este día representa una apropiación comunitaria que combina convivencia familiar, juegos y carne asada

'La Coneja', una celebración muy fronteriza.
'La Coneja', una celebración muy fronteriza.Créditos: El Mañana
Escrito en NUEVO LAREDO el

Cada año, en Nuevo laredo y la frontera tamaulipeca, la tradición cristiana del Domingo de Pascua se transforma en un día festivo único, donde el “Easter Day” norteamericano se adapta 'a la mexicana' y adquiere un sabor regional: "La Coneja"

Esta festividad, más allá de un simple préstamo cultural, representa una apropiación comunitaria que combina convivencia familiar, juegos simbólicos y carne asada en parques y casas.

'La Coneja' de la frontera

La festividad es una expresión festiva profundamente arraigada que, lejos de diluir la identidad local, revela una forma creativa de resignificar una tradición extranjera.

Mientras en otras regiones del país la Pascua se centra en actos litúrgicos y momentos de introspección religiosa, en esta ciudad fronteriza la fecha se convierte en una gran celebración al aire libre, donde la alegría, las piñatas y la carne asada toman protagonismo.

La festividad, importada desde Estados Unidos y adaptada durante muchas generaciones de neolaredenses, se celebra el primer domingo tras la luna llena de primavera.

Durante esta jornada, las familias se congregan en ranchos, plazas públicas y áreas recreativas con hieleras, asadores y canastas repletas de cascarones coloridos.

Convivencia familiar

La búsqueda de huevos escondidos entre arbustos se transforma en una dinámica familiar de convivencia intergeneracional, mientras los juegos de cascaronazos y rociadas con espuma en latas de spray provocan carcajadas, confeti y memorias compartidas.

A pesar de que sectores religiosos han criticado esta práctica por considerarla ajena al cristianismo y desprovista de simbolismo espiritual, lo cierto es que la celebración ha echado raíces firmes en la cultura popular fronteriza.

Su longevidad y su práctica todos los estratos sociales indican una apropiación que rebasa lo superficial. Se trata de un ritual fronterizo que, en lugar de imitar pasivamente, adapta y resignifica: la coneja de Pascua no reemplaza a un Cristo resucitado, sino que convive simbólicamente con él, entre risas, carne asada y canastas de huevos de colores.

Más que una pérdida de identidad, el Día de la Coneja en Nuevo Laredo puede verse como una manifestación de un híbrido cultural: un evento que mezcla herencias anglosajonas con las dinámicas locales.

Al celebrar esta versión festiva de la Pascua, los neolaredenses no renuncian a lo propio, sino que construyen otra forma de pertenencia. Así, "La Coneja" se posiciona como una celebración única que refleja una simbiosis cultural y creativa de la vida en la frontera.