Hace un año Nuevo Laredo tenía aún al menos 27 descargas de aguas residuales que a través de arroyos o de manera directa llegaban al río Bravo; hoy sólo permanecen 12, que están por ser eliminadas también.
“Se han reducido las descargas significativamente, había muchos tramos de los colectores que ya estaban muy dañados, entonces esto es beneficioso tanto para la ciudadanía y de igual manera es más agua que recibe la planta de tratamiento, por eso se le da su rehabilitación y con el fin de esto mismo de eliminar las descargas que están presentes”, expresó el titular de la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA) en Nuevo Laredo, Ramón Meza González.
Eran más de 160 litros por segundo las descargas de aguas no tratadas que se vertían al río a inicios del 2024; la mayoría no representan grandes problemas para el río, y con la rehabilitación de los colectores y subcolectores en las que se ha estado trabajando se han logrado eliminar 18 descargas, con el proyecto de saneamiento y rehabilitación de la Planta Internacional de Tratamiento de Aguas Residuales (Pitar).
LLEVA GRAN AVANCE
El funcionario agregó que el proyecto de esta primera etapa emergente va muy avanzado y se espera que culminen las obras en el mes de marzo, además de que vendrán más obras durante el 2025 que se complementarán tanto a la Pitar, como a los colectores y subcolectores, además de la planta de tratamiento norte.
“Ahorita existen 12 descargas, desde que se hizo la Planta de Tratamiento, en la década de los 80, se habían detectado alrededor de 30 descargas que se han estado eliminando conforme a la rehabilitación de colectores, y esperemos que con este proyecto, que se estima va a durar dos años más, hasta el 2027 pudiéramos ya erradicarlas completamente, ese es el objetivo de mantener el río con una calidad de agua de lo mejor”, agregó Meza González.