El proyecto integral de saneamiento que se realiza en colectores, subcolectores y la rehabilitación de la Planta Internacional para el Tratado de Aguas Residuales (PITAR), han permitido que en un año se hayan reducido hasta en más del 55 por ciento las descargas de aguas no tratadas al río Bravo.
Durante el 2024 se registraban alrededor de 800 litros por segundo de descargas de aguas no tratadas; actualmente se tiene un registro de aproximadamente 360 litros por segundo.
“Actualmente registramos 20 descargas, pero hay que tomar en cuenta que el año pasado se tenían 800 litros por segundo de descargas al río y este año son alrededor de 360 litros por segundo. Este proyecto es un gran beneficio y esperemos que con todas estas obras que siguen pendientes de realizarse disminuya un poco más, así como también debemos recordar que estas obras seguirán hasta el 2027”, resaltó Ramón Meza González, representante de la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA).
En cuanto a la rehabilitación de la planta, destacó que hay un avance del 85 por ciento, y los trabajos deberán quedar antes de finalizar este 2025, con una inversión de más de 81 millones de dólares por parte de los tres niveles de gobierno, y de organismos como el Banco de Desarrollo de América del Norte (Nadbank), así como la Comisión Municipal de Agua Potable y Alcantarillado (Comapa) y la CILA.
Recientemente se inició la rehabilitación del colector Ribereño en sus tramos 1, 2 y 3, así como el subcolector Anáhuac, en los que se invertirán 144 millones de pesos, beneficiando a las familias de Nuevo Laredo. Además de mejorar la calidad del agua del río, el proyecto busca eliminar totalmente las descargas y sobre todo, prevenir el brote de aguas residuales en las calles, lo que se traduce en un impacto directo y positivo para la salud y la calidad de vida de la ciudadanía.