Los arcoíris siempre han cautivado por su esplendor y el misterio que envuelve su aparición en el cielo.
Sin embargo, el fenómeno se vuelve aún más impresionante cuando se observan arcoíris dobles, donde dos arcos concéntricos de colores adornan el firmamento.
Este espectáculo se vuelve especialmente llamativo durante los días lluviosos.
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Este martes, tras fuertes lluvias en Nuevo Laredo, los residentes tuvieron la oportunidad de observar un impresionante arcoíris doble.
No es el único caso reciente; el viernes y el domingo pasados también se reportaron apariciones de arcoíris dobles en la región.
Un arcoíris doble se forma cuando la luz solar atraviesa gotas de agua en la atmósfera y se refracta, se refleja internamente y se dispersa, generando dos arcos de colores.
El arco primario, el más brillante y cercano, se produce debido a una sola reflexión interna de la luz dentro de las gotas de agua.
En contraste, el arco secundario, que aparece más tenue y con los colores invertidos, es el resultado de dos reflexiones internas.
En este segundo arco, el violeta se encuentra en el exterior y el rojo en el interior, a diferencia del arco primario.
Para que se forme un arcoíris doble, deben cumplirse condiciones específicas el sol debe estar bajo en el cielo, generalmente a menos de 42 grados sobre el horizonte, y la lluvia debe encontrarse delante del observador, con el sol detrás.
La luz solar, al entrar en las gotas de lluvia, se descompone en varios colores debido a la refracción. Luego, se refleja internamente antes de salir de la gota.
En el caso del arco secundario, la luz se refleja una vez más dentro de la gota, lo que causa la inversión de los colores y resulta en una menor intensidad luminosa comparada con el arco primario.
A pesar de la espectacularidad de los arcoíris dobles, no son más frecuentes que los arcoíris simples.
Los arcoíris simples son mucho más comunes debido a que requieren condiciones menos específicas para su formación.
Mientras que un arcoíris doble requiere una combinación precisa de ángulo de visión, tamaño y uniformidad de las gotas de agua, y una iluminación específica, el arcoíris simple puede formarse con menos requisitos.
Así, aunque los arcoíris dobles son un fenómeno impresionante y raro que atrae la atención y el asombro de quienes tienen la suerte de presenciarlos, los arcoíris simples siguen siendo los más frecuentes en nuestro cielo.