En Nuevo Laredo llegan a fallecer mensualmente alrededor de cinco pacientes por insuficiencia renal; mientras que cerca de 500 personas esperan a un donador para poder salvar sus vidas. Al menos 50 personas que son atendidas en la Clínica de Hemodiálisis dentro de la Unidad de Medicina Familiar número 76 del Seguro Social han recibido un órgano, pero el resto pierde la vida en esta larga espera.
Entre el año pasado y lo que va del 2024, han muerto 120 neolaredenses. De los más de 500 enfermos renales que se saben enfermos y en tratamiento, 344 pertenecen al Seguro Social, el resto es atendido a través de la Secretaría de Salud y de manera particular.
Sin embargo, la cifra podría ir en aumento, por lo que las autoridades de salud hacen un llamado para prevenir los factores de riesgo como: obesidad, sobrepeso, diabetes e hipertensión arterial. Aurora, paciente trasplantada, dijo que la espera es larga, pues no existe la cultura de la donación.
Una de las formas de cuidar los riñones es tener una buena alimentación, controlar los padecimientos asociados a la diabetes o la hipertensión, y acudir periódicamente a las unidades familiares para recibir una valoración.
Célida Duque Molina, directora de Prestaciones Médicas, destacó en el panel de expertos “Cuida tus riñones: prevención y tratamiento”, que es importante que tanto los médicos como las personas identifiquen los signos de alarma como: palidez en la piel, orina con sangre, disminución del volumen de orina excretado, hinchazón en las piernas, los tobillos o los pies, falta de aire, por mencionar algunos.
Además de detectar de manera oportuna para controlar este tipo de padecimientos y así evitar complicaciones a la salud, evitando que el daño llegue a otros órganos y provoque diversos problemas.
En el caso de la diabetes, hipertensión, sobrepeso y obesidad, se recomienda llevar una alimentación saludable con especial control de las calorías y moderación en el consumo de proteínas.
La enfermedad renal es un mal indoloro y sin síntomas en su etapa inicial, por ello, recomendó a la población en riesgo, acudir con el médico familiar para tener un diagnóstico oportuno. Además, dijo, existen recomendaciones estándar para cuidar los riñones en población sana y la nefroprotección secundaria enfocada a pacientes en riesgo, basadas en acciones que promueven cambios en el estilo de vida, así como intervenciones farmacológicas, medidas higiénicas, dietéticas y nutricionales.
La prevención primaria, detalló, se orienta hacia el consumo de agua simple, reducción de alimentos ricos en sal y disminución en la ingesta de proteína de origen animal.