RECONOCIMIENTO

El Mañana celebra 100 años y distinción a Ninfa Deándar Martínez

La homenajeada, nacida el 16 de noviembre de 1940 en la frontera tamaulipeca, de su padre heredó la vocación periodística; recibió presea Belisario Domínguez

Escrito en NUEVO LAREDO el

En la solemnidad del antiguo recinto del Senado de la República, la historia se entrelazó con el presente para rendir homenaje a una mujer nacida en la frontera, quien ha alzado su voz desde las páginas de un periódico centenario. La periodista y activista Ninfa María Deándar Martínez, quien nació en Nuevo Laredo, Tamaulipas, recibió la Medalla de Honor Belisario Domínguez 2023, la más alta distinción que el Estado mexicano otorga a sus ciudadanos.

Su nombre quedó así inscrito en letras doradas junto a próceres de la cultura, la política y el periodismo nacional, simbolizando el reconocimiento a una vida dedicada a la libertad de expresión y a la defensa de la dignidad humana.

En los años 80, Ninfa Deándar Martínez observando la portada de El Mañana.

Honor en un siglo de historia

Este honor llega justamente en el año 2024, cuando El Mañana de Nuevo Laredo, el periódico fundado hace 100 años por su padre, don Heriberto Deándar Amador, celebra su primer siglo de existencia. La ceremonia, realizada en la Casona de Xicoténcatl, reunió a representantes de los tres poderes, invitados especiales y a su familia: sus hijos Ninfa, Ramón, María del Refugio (Cuquis) y Heriberto Cantú Deándar.

 

Ninfa Martínez de Deándar y su hija Ninfa María Deándar Martínez.

“No dejaremos que vulneren nuestra Patria, la vamos a defender. En el norte somos guerreros y en Nuevo Laredo es un pueblo heroico como lo es México”, dijo la señora Deándar al recibir la medalla y dedicarla a su amada tierra, la ventana de la Patria.

En las páginas de El Mañana se narró la historia de los “Dos Laredos”, se evidenciaron las injusticias y se asumió el compromiso inquebrantable de estar del lado del pueblo.

Los miembros de Senado ratificaron que El Mañana es, en ese sentido, un testigo vivo de la lucha de los mexicanos por la verdad. La ceremonia, realizada en la Casona de Xicoténcatl, reunió a representantes de los tres poderes, invitados especiales y a su familia: sus hijos Ninfa, Ramón, María del Refugio (Cuquis) y Heriberto Cantú Deándar.

Estuvieron presentes altos funcionarios, entre ellos la secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, en representación de la presidenta Claudia Sheinbaum, así como autoridades de Comitán, Chiapas, cuna del mártir Belisario Domínguez.

En medio de un acto solemne, el presidente del Senado, Gerardo Fernández Noroña, destacó que esta medalla es un “justo reconocimiento a sus servicios a la Patria y a la humanidad”, evidenciando así el peso histórico del galardón. En tribuna, la hija de la galardonada, Ninfa Cantú Deándar, recordó que la palabra es vida y que el verbo debe estar siempre al servicio de los pueblos.

Nombró a su madre defensora de la libertad y dignidad de la prensa, voz crítica que ha dado testimonio, entre otros, de las luchas contra la injusticia en Tamaulipas.

Al graduarse, fue acompañada por don Heriberto Deándar Amador y doña Ninfa Martínez de Deándar.

Como periodista, Ninfa Deándar recordó su amistad con su compadre Julio Scherer García, figura central del periodismo mexicano, y guardó en su memoria a personajes como Luis Donaldo Colosio Murrieta, asesinado en su búsqueda de una nación más justa.

La señora Deándar también evocó a héroes del oficio periodístico -como José Colomina y Roberto Mora García-, víctimas de la represión y la violencia, así como a tantos reporteros, editores y trabajadores que, día tras día, mantienen encendido el fuego de la verdad.

Ninfa María Deándar fue seleccionada por el jurado al considerar que personifica los valores del propio Belisario Domínguez: valentía, democracia y defensa de la libertad de expresión, enfatizó la senadora Virginia Marie Magaña Fonseca.

Su trayectoria obliga a reflexionar sobre el clima de riesgo que enfrentan los periodistas en México, y el reconocimiento que se le otorga exige, también, alzar la voz en favor de proteger a quienes registran y comparten la realidad de nuestro país.

Con su liderazgo, El Mañana se convirtió no sólo en un referente informativo en el norte de México, sino también en una trinchera contra gobiernos autoritarios y el neoliberalismo que ensanchó brechas, debilitó economías locales y puso en jaque la cohesión social.

Esa resistencia le valió reconocimientos internacionales, distinciones del Congreso de Estados Unidos, del Estado de Texas y de la Sociedad Interamericana de Prensa; pero también amenazas, cárcel y atentados que nunca doblegaron su espíritu. En su discurso, la señora Ninfa dejó claro que el pueblo de Nuevo Laredo es heroico, que en el norte son guerreros y que ningún poder extranjero o interno doblegará el amor a la patria.

Gabriel García Márquez junto a Ninfa Deándar y Ninfa Cantú Deándar.

Al evocar la trayectoria de su padre, don Heriberto, subrayó la importancia de honrar el legado periodístico que hoy, en manos de sus hijos, se mantiene fiel a su esencia: humanista, valiente y al servicio de la gente.

La lucha por la libertad de prensa, sostuvo, es la lucha por la verdad, y ésta, por dolorosa que sea, es la única vía para liberar a los pueblos de la ignorancia y la opresión.

La señora Ninfa Deándar encarna el coraje de quienes han hecho del periodismo una trinchera y la palabra un arma contra la injusticia, iluminando el camino hacia una sociedad más libre, justa y digna.

Su nombre, ahora tallado en el Muro de Honor, es memoria viva de que la tinta y la verdad pueden trascender todas las barreras, y sobre todo, recordando que la esencia del periodismo siempre debe estar basado en el humanismo y en el amor y en favor de las causas nobles.