Personal de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) atacó presuntamente a balazos a los tripulantes de una camioneta tipo plataforma, golpeando a un adolescente y a una madre de familia que se dirigían a sus hogares después de salir de trabajar.
Ángel Antonio, de 17 años, presenta probable fractura en las costillas, además de golpes en diferentes partes del cuerpo. Permanece internado en la Clínica Laredo, donde fue llevado por sus padres.
Josefa, de 42 años, también fue agredida física y verbalmente supuestamente por los militares, después de ser detenidos de forma violenta cuando viajaban en una camioneta Chevrolet 3500 modelo 1996, por una brecha entre el bulevar Colosio Norponiente y la colonia Unión del Recuerdo, donde tienen sus hogares.
El adolescente relató cómo los soldados salieron del monte y comenzaron a disparar al aire, deteniéndolos y sometiéndolos a interrogatorios violentos.
"Nos tenían haciendo preguntas y luego empezaron a golpearnos con botas, cascos y armas", comentó el joven.
“Me hacían preguntas sobre cosas que desconozco y al ver que se habían equivocado, me obligaron a grabar un video donde tuve que decir que no me habían golpeado y que estaba bien. Después me dijeron que corriera o me iban a matar”, narró el adolescente.
A pesar de haber sido severamente golpeado por los soldados, Ángel Antonio logró llegar a su hogar, donde sus padres lo llevaron a la Clínica Laredo, donde permanece internado, con miedo de que los militares cumplan con las amenazas de muerte. Por su parte, Josefa, madre de familia, describió cómo fueron obligados a salir de la camioneta bajo la amenaza de disparos.
"Nos empezaron a agredir sin razón, solo porque veníamos del trabajo", expresó con indignación.
Agregó que “salieron de la nada y empezaron a tirar al aire”, esto para obligarlos a detenerse, para luego agredirlos física y verbalmente, dejándolos en libertad porque no traían nada ilegal o habían cometido algún delito.
La violencia ejercida presuntamente por los militares dejó a las víctimas con heridas físicas y un profundo impacto emocional. Estos violentos hechos subrayan la urgente necesidad de revisar las acciones de las fuerzas militares y garantizar el respeto a los derechos humanos de todos los ciudadanos.