La mañana del 16 de noviembre de 1945, desde la estación de ferrocarril de Laredo, Texas, los habitantes de los dos Laredos manifestaron su cariño cuando desfilaron los integrantes del Escuadrón 201 que lucharon en la Segunda Guerra Mundial.
Raymundo Ríos Mayo, presidente de la Sociedad Histórica de Nuevo Laredo, explica que fue un hecho histórico que movilizó a los habitantes de ambas fronteras en aquel entonces.
“Los soldados habrían cruzado el mar hace más de un año para incorporarse a la lucha armada contra las potencias del Eje (Alemania, Italia y Japón), después de que los alemanes hundieran los petroleros mexicanos “Potrero del Llano” y “La Faja de Oro”, contó.
La Fuerza Aérea Expedicionaria Mexicana (Escuadrón 201), condujo 96 misiones de combate, apoyando a las fuerzas terrestres aliadas, participando en bombardeos en Luzón y Formosa -hoy Taiwán- con 2 mil 842 horas de vuelo en el Pacífico; ahora los combatientes retornaban.
“El desfile fue encabezado por la banda de música del Ejército norteamericano con las banderas de los dos países”, contó. Después de cruzar los límites fronterizos, fueron recibidos en Nuevo Laredo por las autoridades civiles y militares de la época, frente al Palacio Federal y la Plaza Hidalgo, en avenida Galeana y calle Doctor Mier, sector centro.
“Un representante de la Secretaría de la Defensa Nacional le entregó las insignias de oro al capitán Jesús Blanco Ledezma (posiblemente capitán 2°), y al coronel y piloto aviador Antonio Cárdenas Rodríguez”, comentó.
EMOTIVO DISCURSO
Durante el singular evento hizo uso de la palabra el mayor de Artillería Enrique A. Rojas en nombre de la Secretaría de la Defensa Nacional.
“Paladín infatigable de justicia y equidad, México formó entre las democracias y luchó contra el expansionismo de pueblos engañados, que aunado a una potente maquinaria bélica, la pretensión de una absurda superioridad racial, salpicaron con sangre los 5 continentes; contra los pueblos deslumbrados por el espejismo de una grandeza apócrifa, que no tuvieron, como el nuestro, un indio inmortal de Guelatao para saber, como sabemos, que el respeto al derecho ajeno es la paz”.
Dos días después, el 18 de noviembre de ese mismo año, el entonces presidente de la República y jefe del Ejército Nacional, general Manuel Ávila Camacho, expresó al coronel y piloto aviador Antonio Cárdenas Rodríguez, comandante de la Fuerza Aérea Expedicionaria Mexicana, a los soldados y oficiales la gratitud al cumplir con su deber.
“El gobierno federal destacó la gratitud del pueblo mexicano, el heroísmo y entusiasmo al responder los soldados integrantes del Escuadrón 201 al llamado de la Patria”, concluyó.
Con información de Raymundo Ríos Mayo, presidente de la Sociedad Histórica de Nuevo Laredo