HISTORIAS DE NUEVO LAREDO

La escuela Carlos A. Carrillo tuvo su propia alberca; por esta macabra razón la taparon

Varias generaciones de exalumnos recuerdan con nostalgia la piscina que posteriormente rellenaron de cemento para hacer una explanada para eventos cívicos

La alberca de la escuela Carlos A. Carrillo
La alberca de la escuela Carlos A. CarrilloCréditos: internet
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La Escuela Primaria Carlos A. Carrillo de Nuevo Laredo, un venerado bastión educativo que ha sido testigo de innumerables momentos a lo largo de generaciones, alberga entre sus paredes una rica amalgama de historias.

Una de las reliquias más preciadas que guarda consigo es la memoria de su antigua alberca semiolímpica, la cual se ha convertido en un relicario de recuerdos y vivencias compartidas.

La alberca de la Carlos A. Carrillo

Para muchos, la alberca era más que una simple instalación; era un símbolo de esparcimiento y deporte. Sin embargo, la mayoría de quienes caminaron por los pasillos de la escuela la recuerdan vacía y deteriorada, un vestigio del pasado que solo las personas de mayor edad pudieron disfrutar en su pleno esplendor.

La versatilidad de las instalaciones de este plantel escolar es sorprendente; no solo ha sido un templo de aprendizaje primario, sino que también ha fungido como kínder, secundaria e incluso cuartel militar en su larga historia. Las anécdotas que se han forjado en sus aulas y pasillos se cuentan por miles, creando un legado imborrable.

En la inauguración de la alberca, un toque de grandeza se sumó a su historia, ya que el legendario clavadista mexicano Joaquín Capilla estuvo presente. Con cuatro medallas olímpicas, es el máximo medallista mexicano y el único que ha logrado preseas en más de una edición olímpica.

Durante años, la alberca fue escenario de emocionantes competencias de nado que dejaron huella en la memoria colectiva de la comunidad estudiantil.

No obstante, con el paso de los años, el área acuática fue perdiendo su antiguo esplendor. En la década de los 70, ya en desuso y en franco deterioro, los maestros prohibían a los alumnos acercarse a ella. La esquina de Perú y Allende, que alguna vez albergó los tanques de agua que surtían la piscina, se convirtieron en un recuerdo lejano.

El trágico incidente que marcó el destino de la alberca se encuentra envuelto en misterio y contradicciones. Algunos exalumnos recuerdan que la clausura se debió a razones de mantenimiento, pero otros aseguran que un estudiante perdió la vida ahogado, lo que motivó la decisión de no utilizarla más.

Existen relatos aún más escalofriantes que sugieren que un valiente adulto intentó rescatar al estudiante, pero ambos perecieron en el intento. La tragedia no cesó ahí, ya que existen otros exalumnos que aseguran que ya vacía, un menor se lanzó de cabeza, perdiendo la vida al impactar contra el fondo, lo que condujo a la drástica medida de rellenar la alberca con cemento.

La Escuela Primaria Carlos A. Carrillo guarda, en cada uno de sus rincones, fragmentos de una historia rica en matices, donde la nostalgia se entrelaza con la realidad.

Aunque la alberca semiolímpica quedó en una fría plancha de cemento, lasinstalaciones de la escuela resguardan el eco de risas, competencias y, lamentablemente, tragedias que han forjado la identidad de esta venerada institución educativa.