Uno de los oficios más populares en esta frontera es el de trailero o tránsfer, debido a que al ser el puerto terrestre más importante de Latinoamérica, circulan diariamente miles de unidades pesadas hacia los Estados Unidos y de regreso.
Los choferes en su mayoría son foráneos, llegados desde gran cantidad de estados de la república, como aves de paso, pues muchas veces se tardan más en la fila de los puentes que en atravesar la ciudad, por donde muchas veces cruzan de regreso hacia sus lugares de origen, repitiéndose la misma rutina a los pocos días o semanas.
Como todo trabajo, es una moneda de dos caras: a quienes lo desempeñan les hace conocer ciudades por todo el país y la Unión Americana mientras devoran cientos de kilómetros, pero a su vez los pone frente a frente con situaciones inexplicables, que pudieran entrar en el terreno de lo paranormal.
Francisco Medrano, de 38 años y 15 como trailero, quien maneja un poderoso Kenworth T680, al que llama con cariño "mi bebé", por ser su compañero de incontables aventuras, nos comparte sus experiencias sobrenaturales.
Se me apareció la Llorona, he mirado tantas cosas en la carretera
Francisco comenta que por lo general maneja de noche y de improviso ve personas caminando entre la nada. "En las montañas, de repente ves no sé qué sea, vato o vieja, con la cabeza agachada por la orilla de la carretera y te quedas '¿de dónde salió?' Nunca me he parado, nomás les paso por un lado y les echo la bendición".
Francisco detalla a su vez que no sólo se trata de ver personas caminando en despoblado en medio de la madrugada, sino que lo que más le sorprende, a pesar de ya estar acostumbrado después de tanto tiempo, es que desaparecen de la nada.
"Yo traigo fanales para atrás, para cuando hago inspección de la caja, y yo los miro de frente (presuntos fantasmas) cuando va caminando alguien y luego ya lo paso y prendo los fanales para atrás y ya no se mira ni mad..., ya no lo miro, por eso te quedas '¿qué ped...?' y me quedo 'frikeado’".
El experimentado conductor piensa que son los espíritus de personas que murieron en un instante víctimas de un fatal percance.
Son almas que andan penando, vatos que tuvieron un accidente en la carretera, ¿qué más puede ser? Sabrá Dios, porque eso sí, la carretera está llena de cruces por todos lados
El también padre de familia indica que le toca pasar mínimo una vez por semana frente al escenario de un dantesco accidente; católico de toda la vida, cada que inicia un largo viaje se apoya en su fe para pedir no ser protagonista de una tragedia al volante.
Hay muchos accidentes, pero gachos: he mirado carros hechos acordeón, metidos debajo de los camiones, vatos con la cabeza de fuera gritando, los tráileres quemados, carros quemados, toda esa gente es la que se topa uno en la carretera, andan penando
Francisco narra también el fatal suceso en una casa móvil de Houston, donde murió calcinado un joven hondureño luego de la caída de un rayo en la traila, hace unas cuantas semanas.
Yo pasé a un lado cuando empezó a agarrar fuego bien machín; se sentía bien caliente cuando pasé y se escuchaban gritos bien gacho
Volviendo al tema paranormal, uno de los colegas de Francisco, con seis años de tránsfer y quien sólo se identifica por su apodo, Pável, debido a su gran parecido con el canterano atlista y exseleccionado nacional, comenta que de manera constante mira personas caminando entre la nada. "Me ha pasado mucho (ver gente caminando en despoblado en la carretera); me tocó uno que tenía los ojos rojos rojos; en Arkansas oríllate y apaga la unidad en la noche, se escucha bien oj...".
Las anteriores son sólo unas cuantas historias, pues si eres trailero o conoces a alguien que se dedique a esa bien remunerada actividad seguramente puedes contar infinidad de cosas inexplicables y accidentes espectaculares tanto en carreteras de México como de Estados Unidos.