Nuevo Laredo fue fundada oficialmente el 15 de junio de 1848, como resultado del Tratado de Guadalupe Hidalgo, que puso fin a la guerra entre México y Estados Unidos.
Según los términos de este tratado, México cedió una gran cantidad de territorio a Estados Unidos, incluyendo el actual estado de Texas.
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Los fundadores
En el año de 1958, se erigió en Nuevo Laredo, Tamaulipas, el Monumento a los Fundadores en honor a esas 118 familias que después de haberse firmado el tratado y enterados de que ya no vivían en suelo Mexicano, aun teniendo la oportunidad de quedarse y vivir en suelo estadounidense, tomaron sus pertenencias, cruzaron el Río Bravo y fundaron la Ciudad de Nuevo Laredo, en el lado mexicano.
Aquí empieza la leyenda histórica: los migrantes exhumaron los restos de sus parientes fallecidos y también los trasladaron a México, para que también yacieran en suelo nacional, en un hecho considerado como un gesto que va más allá del patriotismo.
A pesar de que no existe alguna prueba física o histórica de este suceso, con este gesto sembraron las raíces patrióticas de la nueva ciudad al margen del Bravo.
De esos hombres y mujeres valientes quedan muchos descendientes.
Esta leyenda se ha citado constantemente en discursos oficiales y pláticas informales a lo largo de la historia de Nuevo Laredo. En septiembre de 1848 el gobernador de Tamaulipas, Francisco Vital Fernández, lamentó "los profundos dolores" que el Tratado de Guadalupe Hidalgo había causado, pero reconoció a los "mexicanos dignos y fieles" que se habían pasado al lado mexicano y fundado Nuevo Laredo.
Juan E. Richer, autor de la primera historia conocida de Nuevo Laredo, escribió:
Celebrando la paz de 1848, muchos de los vecinos del perdido Laredo, no queriendo perder su nacionalidad, ni formar parte de una nación cuya raza, ideas, costumbres, idioma y religión eran totalmente diferentes a los suyos, cruzaron el río y se establecieron entre dos pequeños ranchos.
Durante la Celebración del Centenario de Nuevo Laredo esta historia se convirtió en parte del escudo oficial de la ciudad, cuyo lema, "Siempre con la Patria", se refiere en parte a los hechos ocurridos durante el éxodo fundacional.
El monumento de "Los Fundadores" tiene inscritas las siguientes palabras:
no es sólo un presente y un futuro, sino también un pasado; para instalarse en este sitio trajeron los reverenciados restos de sus antepasados, haciéndolos parte de México historia.
En sus primeros años, Nuevo Laredo tuvo un desarrollo gradual, pero a medida que el comercio entre México y Estados Unidos comenzó a crecer, la ciudad se convirtió en un importante punto de entrada y salida de mercancías. La construcción del Ferrocarril impulsó aún más el desarrollo económico de Nuevo Laredo y lo consolidó su posición como centro comercial y aduanero.
Hoy en día, Nuevo Laredo es una ciudad fronteriza próspera, con una economía impulsada por la industria maquiladora, el comercio internacional y el turismo. Su ubicación estratégica en la frontera entre México y Estados Unidos la convierte en un importante punto de conexión y cruce de mercancías y personas.
Si bien algunos historiadores cuestionan la falta de sustento material que avalen esta parte de la historia, la narrativa de la fundación de la ciudad puede considerarse como una epopeya patriótica que expresa simbólicamente su lealtad con México.