EN LLAMAS

Nuevo Laredo en la Revolución Mexicana; así forma parte de la historia

Fuerzas huertistas, al verse perdidas ante los carrancistas, incendiaron la presidencia, la estación del ferrocarril, la aduana y el consulado americano

Vista desde Laredo del incendio perpetrado por huertistas antes de abandonar la plaza.
Vista desde Laredo del incendio perpetrado por huertistas antes de abandonar la plaza. Créditos: Colección de Rafael García Ortega.
Escrito en NUEVO LAREDO el

El involucramiento de Nuevo Laredo en la Revolución Mexicana se definió mayormente por dos factores: la proximidad inmediata con los Estados Unidos y las vías férreas que aquí se han encontrado desde entonces, cuestiones que hicieron de este puerto un punto estratégico para el movimiento.

A inicios de la Revolución Mexicana, Nuevo Laredo contaba con muy pocos habitantes, las familias apenas lograban poblar lo que hoy se conoce como el Centro Histórico, su actividad económica que surgía de la aduana era preponderante.

Bilimbiques emitidos en tiempos de la Revolución por el Presidente Municipal doctor Canuto Barreda,  Año 1914.

LA CIUDAD, DIVIDIDA

Sin embargo, los conflictos políticos que ocurrían mientras Porfirio Díaz gobernaba al país provocaban una inestabilidad entre los mexicanos; la ciudad se dividía entre partidarios maderistas y porfiristas.

“En noviembre de 1910, cuando inicia la Revolución, hay poca movilización todavía en Nuevo Laredo, la movilización se da en Ciudad Juárez, los maderistas empiezan a combatir militarmente al Ejército Federal de Porfirio Díaz, tienen una batalla muy famosa con la toma de Ciudad Juárez hasta en mayo de 1911. Cuando Díaz renuncia a su mandato”, relata el historiador Manuel Ceballos Ramírez.

Ciudad Juárez cae en manos de los maderistas, y comienzan los cambios políticos en todo el país.

Fue hasta 1913, un año clave para Nuevo Laredo, cuando el Ejército Federal asesina a Francisco I. Madero, presidente de la República Mexicana desde finales de 1911 hasta 1913, y José María Pino Suárez, el vicepresidente.

Espectadores del incendio de la ciudad de Nuevo Laredo desde un almacén en Laredo, Texas. Año 1914.

EL USURPADOR

En aquel entonces Victoriano Huerta, conocido como “El Usurpador” toma el poder, en febrero de 1913, y todos los estados de la República lo reconocen como presidente, menos dos, Coahuila y Chihuahua.

“Entonces aquí empieza una fuerte movilización de partidarios antihuertistas, que se vienen de Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas, se vienen a Laredo, Texas uniéndose al ejército Carrancista, conocido como el ejército Constitucionalista; muchos mexicanos se refugian en el vecino país”, señaló.

Surgieron entonces varios ejércitos, comandados por personajes como Emiliano Zapata, Álvaro Obregón, Francisco Villa y Pablo González, teniendo como jefe único a Venustiano Carranza, ese era el ejército Constitucionalista.

“Muchos de esos partidarios de esos grupos se vinieron a Laredo, Texas, aquí compraban armas, fundaron un periódico.

Nuevo Laredo estaba en posesión de los huertistas, junto con Tampico, ambos estaban unidos por las Aduanas, Huerta se mantenía de ello, a tal grado que vino lo que fue probablemente el mayor acontecimiento de Laredo”, relató.

Pieza de artillería de las fuerzas carrancistas en la Nuevo Laredo. Año 1914.

EL CONFLICTO

La introducción de Nuevo Laredo a este conflicto fue debido a que el primer jefe del ejército constitucionalista, Venustiano Carranza, se desplazó a la pequeña población de Candela, lo cual desde el punto de vista de comunicación resultaba muy estratégica por esta vía a Laredo, Texas.

En esta ciudad (Nuevo Laredo) se veía cada vez con mayor inminencia el riesgo de un conflicto armado del constitucionalismo carrancista contra el régimen huertista, miedo que se resintió entre los neolaredenses, llevando a muchos de ellos a migrar al lado texano, convirtiendo a Nuevo Laredo en un poblado fantasma con fincas y comercios abandonados; el desempleo y la incertidumbre fue lo único que prevaleció entre quienes decidieron quedarse.

UN EXTENSO SITIO

A 104 días de estar sitiada la ciudad, los alimentos escaseaban, cruzar al lado americano para surtir despensa era un reto, pues además de la crisis, no había billetes ni monedas, pues los bancos estaban cerrados.

Para pagar el peaje se adaptaron unos boletos de cartón que eran aceptados por la empresa, convirtiéndose en la única moneda circulante, los llamaban “bilimbiques”.

Era 1913, la población era de 14 mil habitantes, la población estaba circunscrita a las calles del puente internacional hasta las calles de González y Canales, en la calle Arteaga había solo algunas fincas aisladas.

El 22 de junio del mismo año arriba a Nuevo Laredo el general Joaquín Téllez con 2 mil hombres para la plaza, siendo la mayor parte de ellos indígenas del interior del país quienes traían consigo a sus esposas.

El 26 de diciembre llega un contingente, entre ellos el coronel Andrés Saucedo, con la encomienda de dinamitar el puente del ferrocarril para evitar que los federales recibieran ayuda militar de Monterrey.

ENGAÑAN A MAYOR

Dicha encomienda la delegó al mayor Francisco Mújica, quien fue fácilmente engañado por un mayor federal que vigilaba el sector. Acto seguido, el puente no se dinamitó, lo que permitió pasar a Nuevo Laredo todo un tren militar, la columna del general Teodoro Quintana, que consistía de mil 300 hombres y varias ametralladoras el 31 de diciembre.

La jefatura de la Guarnición militar con un efectivo militar que con los refuerzos sumaban mil 900, esperaban el ataque. La estrategia fue armar un “bloqueo” con carros de ferrocarril desde el puente internacional hasta una casa redonda ubicada entre las actuales calles de Washington y Aquiles Serdán.

A las 6:00 am del día primero comienza el ataque, la batalla dura todo el día, para cesar sólo durante la noche, sin embargo, algunos enfrentamientos se siguieron dando en otros puntos de la ciudad, a la mañana siguiente amanecen colgados algunos carrancistas en los postes del telégrafo que comunicaba con Colombia, Nuevo León.

A las 10:00 de la noche del segundo día emprenden la retirada los atacantes con mil bajas registradas, resultado que dio en los primeros enfrentamientos la victoria a los federales.

El 22 de febrero se vuela la vía del ferrocarril, logrando finalmente cortar el envío de suministros y refuerzos a los federales.

NUEVO LAREDO EN LLAMAS

El 24 de abril de 1914, los huertistas, al verse perdidos contra los carrancistas, mandan quemar Laredo, incendiando la estación del ferrocarril, que en aquel entonces era de madera, la aduana, la presidencia municipal, el consulado americano y lo apedrean, queman casas de carrancistas.

“Este es el principal acontecimiento que se da en Nuevo Laredo durante la Revolución Mexicana. Los norteamericanos habían entrado a Veracruz para apoyar a Carranza contra Huerta y por eso el telegrama decía quemen Laredo, pero se refería a que quemaran Laredo, Texas, pero ellos no quisieron, no pudieron o no entendieron y eso lo publica Isidro Vizcaya Canales en sus memorias”, agregó.

MANDOS FEDERALES DECIDÍAN CUÁLES EDIFICIOS QUEMAR

Cuentan que caminaban los mandos federales diciendo “esta, quémenla” al referirse a una finca; “este edificio también” dijeron al apuntar a un molino que se encontraba en Pino Suárez y Aldama.

“Los generales Quintana y Guardiola, que eran del ejército huertista, recibieron un telegrama de la ciudad de México, decía: ‘quemen Laredo’ no se sabe si la orden era ‘quemen Laredo, Texas’ en venganza de que los norteamericanos estaban posesionados de Veracruz”

“Queman la estación de ferrocarril, la aduana, el palacio municipal que estaba en la plaza Juárez, en el lado sur” relató el historiador Manuel Ceballos Ramírez.

Sólo excluyeron unas pocas residencias de algunos de sus amigos que les habían brindado atenciones durante su estancia.