HISTORIAS

Abuelo endulza paladares vendiendo manzanas caramelizadas; busca sustento de su familia

Carmelo Díaz vende "manzadas chapeteadas" y unas cubierta de chile en polvo para los que gustan de productos picosos en calles César López de Lara y Perú, en Nuevo Laredo

Don Carmelo Díaz es un dedicado vendedor.
Don Carmelo Díaz es un dedicado vendedor.
Escrito en NUEVO LAREDO el

Todos los días y a sus 71 años de edad, Carmelo Díaz Salazar sale a trabajar desde temprano a vender sus manzanas cubiertas de caramelo, buscando el sustento para llevar a su casa.

Don Carmelo, como es conocido, permanece todos los días desde las 10:00 de la mañana hasta las 6:00 de la tarde en el crucero de las calles César López de Lara y Perú ofreciendo al público sus “manzanas chapeteadas” como se les conoce en el sur de la República Mexicana, pues como cada año en esta temporada de invierno, es cuando acostumbra venderlas.

Con más de 11 años como vendedor ambulante, Díaz Salazar durante el verano sale a recorrer bajo el sol las principales calles de la ciudad, plazas y parques públicos vendiendo nieves y paletas de hielo, siendo su temporada más alta pues el intenso calor de la región propicia la demanda de productos fríos para calmar la sed.

“En tiempo de calor vendo las paletas de hielo y en época de frío las manzanas cubiertas de caramelo; las ventas van bien, ahí la llevo, bendito Dios; yo creo les caigo bien a la gente porque me compran mis manzanas y aquí estaré hasta que me deje Dios, seguiré trabajando”, expresó.

El oriundo del estado de Durango, pero radicado desde hace muchos años en esta ciudad, señaló que es su modo de trabajar lo que lo mantiene activo y con ganas de salir adelante pues además es su fuente de ingresos con lo que logra mantenerse a pesar de la actual situación económica.

Cada manzana chapeteada la ofrece en 30 pesos y las hay desde la tradicional de caramelo rojo y unas cubierta de chile en polvo para los que gustan de productos picosos.

La venta de las famosas paletas de manzanas caramelizadas es algo tan tradicional y antiguo al igual que los algodones de azúcar que se ofrecen también en ferias y parques como un símbolo característico de los dulces representativos mexicanos que remonta a la niñez de muchas generaciones, pues la imagen del vendedor cargando un gran poste de madera repleto de manzanas rojas en forma de paleta incrustados en él, es algo muy distintivo en las personas que se dedican a este oficio.