Luego de ocho meses consecutivos de descenso en los niveles de la presa La Amistad, que se encarga de surtir de agua a los dos Laredos, por primera vez se registró un incremento, que si bien es apenas del 1 por ciento, es un aliciente para seguir garantizando el abasto para el consumo humano.
Originalmente se calculaba en más de 20 millones de metros cúbicos las precipitaciones vertidas en el embalse pero hubo escurrimientos desde las áreas aledañas, por lo que ese 1 por ciento de La Amistad -cuya capacidad es de más de 4 mil millones de metros cúbicos- equivaldría a más de 40 millones de metros cúbicos que son el equivalente a seis años de consumo doméstico de una ciudad del tamaño de Nuevo Laredo.
Debido a la sequía extrema que se registra en la región, las presas comenzaron a bajar su volumen de almacenamiento, principalmente en La Amistad y la Falcón, esta última en niveles críticos, tanto que se suspendió la concesión de agua para la agricultura. “Las presas nacionales como las internacionales están por debajo del 30 por ciento de su almacenamiento, todas.
Entonces se está presentando una condición que no se había visto en otros años, los escurrimientos cada vez son más mínimos, se está prolongando en gran medida esta sequía, todo esto se debe al fenómeno de ‘La Niña’ que se está presentando por tercer año consecutivo, cuando normalmente no es tan prolongado”, declaró Agustín Boone González, ingeniero principal de la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA).
Destacó que esperan lluvias todavía, pues la temporada de huracanes terminará en noviembre. Las recientes precipitaciones que rebasaron la media mensual, provocaron no sólo que las presas internacionales Falcón y La Amistad aumentaran su nivel, sino que en el sector ganadero tiene garantuizado por lo menos hasta cerrar el año el abasto de agua para el campo, lo que permitirá que el ganado cuente con alimento, así como un ahorro en el acarreo de agua al llenarse las represas.