“Ya no hay agua en el ejido y ahorita la gente se va para el lado de ‘La Aguja’, pero llegan y se opaca (se enturbia), ya no hay más y es la que acarrean para darles a los animales. Es la primera vez que veo esto”, contó Juana Lydia Vázquez, habitante del ejido Nuevo Rodríguez, en el Distrito de Riego 04 Don Martín Coahuila-Nuevo León.
El segundo pozo ubicado al frente de la plaza abastecía a las colonias, rancherías cercanas y lejanas además de los ejidatarios, pero se agotó. Ahora están a expensas del último venero de agua y acarreo para consumo humano que llega racionada mediante pipas mientras el río Salado y la presa Don Martín agonizan.
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“Mi esposo es administrador de un rancho y me dijo que vendió dos camiones de ganado del rancho Los Gloriosos, aquí en el ejido Nuevo Rodríguez, porque no hay agua”, manifestó la ejidataria de 49 años.
Una solución sería encontrar nuevos veneros de agua dulce o semi salina para que pueda abrevar el ganado mayor y menor, de lo contrario, morirán en un clima abrasador en plena canícula.
“No hay agua ni nada y la poca agua que había en el río se acaba, sólo algunas charcas y para allá arrancan todos y no aguanta mucho; nunca había visto una sequía así, hacen falta que busquen pozos”, exclamó.
El recurso se agota ante la incertidumbre de los pobladores que claman por lluvia en la zona del noreste mexicano, en el exterior de sus viviendas en general los recipientes con el vital líquido se resguardan para el uso doméstico como lavar, cocinar y ducharse; para beber la compran embotellada y escasea.
“Uno se ajusta con lo que traen y a mí me llenan dos recipientes y no hay más, en la red ya no sale nada de agua, deberían de buscar más pozos; de no llover no sé qué haremos, se necesita para todo, esperemos que llueva y mejore el campo para los animales”, concluyó la mujer del campo.