La llegada masiva de haitianos a Nuevo Laredo como un paso más en busca de asilo político en Estados Unidos, coincidió con el 30 de Abril, justo cuando los niños en México celebran su día.
Centenas de migrantes vienen acompañados por sus familias y sus hijos pequeños, los niños haitianos en Nuevo Laredo, vivieron esta fecha especial lejos de su patria y en la búsqueda de un futuro promisorio en Estados Unidos.
Los niños haitianos en Nuevo Laredo
Quizás el 30 de abril en estos momentos no signifique una fecha que tomen en cuenta las familias de migrantes, debido a la apremiante necesidad de tener un techo donde dormir en los albergues disponibles de la ciudad, algunos de los cuales ya muestran signos de saturación.
Después de conseguir un lugar donde dormir, las necesidades más apremiantes son comida, insumos personales y medicamentos.
Sin embargo, para no dejar de conmemorar este día, algunos habitantes de Nuevo Laredo se acercaron a los albergues y obsequiaron algunos juguetes a los pequeñitos que agradecieron los regalos con una gran sonrisa y los ojos llenos de ilusión.
Muchos de ellos han viajado miles de kilómetros con sus padres en las condiciones críticas y hacinamiento.
Hay más de 500 migrantes en el Albergue Municipal, número que ya saturó el centro.
Las autoridades de Protección Civil reportaron entre 60 y 100 diarios, pero desde el viernes desde las 6:00 de la mañana, la cantidad fue mayor: más de 200 personas hicieron fila para entrar al albergue, lo que provocó el cierre de algunas vialidades alrededor.
Por ahora es difícil predecir con exactitud qué rumbo tomará el fenómeno migratorio, pues dependerá también de las acciones que tome el Greg Abbott, gobernador de Texas, que ha estado protestando y su posición se radicaliza cada vez en busca de una buena opinión de sus votantes en búsqueda de su reelección.
En varios de los centros se pudo observar a varios niños divertirse con los juguetes obsequiados, ajenos a la incertidumbre que enfrentan sus padres para que su solicitud de asilo sea aprobada y sean elegibles a permanecer en territorio estadounidense.
Mientras, los niños haitianos en Nuevo Laredo aprovechan los pocos momentos que tienen para jugar... y sonreir