Por Agencias
En la sala del que fuera su hogar, es velado el cuerpo del joven Ulises Salas Moreno, quien murió víctima de un balazo disparado presuntamente por personal del Ejército Mexicano, que le ingresó por el cuello y le afectó un pulmón y los riñones.
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En la cuadra 1500 de la calle Río Tigris en la colonia Voluntad y Trabajo 4, el cuerpo de Ulises es acompañado por su madre, Margarita Moreno, sus hermanos y hermanos, así como vecinos que lo apreciaban, por ser un joven trabajador.
Lo velan en su hogar
Ulises Salas Moreno, de 21 años, murió a las 21:30 horas del jueves, 3 de noviembre, en el Hospital de Especialidades, y resultó herido de un balazo en el cuello disparado presuntamente por militares el 21 de octubre, cuando estaba afuera de su domicilio.
La bala, que supuestamente salió de un arma de la Secretaría de la Defensa Nacional, causó dolor y deja además del gran vacío en el corazón de una madre, una deuda en dos hospitales, donde lo atendieron.
Sobre el ataúd de Ulises, sus familiares pusieron un recipiente para recibir ayuda económica para solventar los gastos de los hospitales y funerarios, al no contar con dinero para hacer frente a la deuda.
La madre de familia dijo entre sollozos que resolvió como pudo.
Tuve que conseguir dinero, con los vecinos, amigos, familiares, hasta con un prestamista para que me atendieran a mi hijo en el hospital, pero la bala le causó daños en el interior de su cuerpo y falleció
Frente al ataúd donde está el cuerpo de su hijo, Margarita Moreno exigió al presidente Andrés Manuel López Obrador, que se haga justicia y se castigue a los militares que causaron la muerte de Ulises, al disparar en una zona densamente poblada.
Todos tenemos hijos y que se ponga en el lugar de uno. ¿Cómo está uno ahorita?, esa bala lo llevó a la muerte
Agregó que lo que realizan los militares en Nuevo Laredo no está bien, “No, pues lo que están haciendo está muy mal. O sea, tanto los soldados como andan, o sea, hacen las cosas y todo a lo tonto. O sea, eso está mal”.
Para Margarita Moreno el dolor es insoportable, que además se cumplen 10 años en que elementos del Ejército Mexicano presuntamente desaparecieron a otro de sus hijos, Luis Fernando, quien iba caminando en compañía de dos compañeros y se dirigían a trabajar, ya que eran albañiles, cuando los interceptaron en la Plaza Primero de Mayo en 2012.
El caso continúa impune, aunque testigos identificaron a los militares como responsables de la desaparición forzada.
Ante la falta de recursos para tener el cuerpo de su hijo en una funeraria, Margarita Moreno y su familia lo está velando en su hogar, de donde salió la tarde del 21 de octubre y recibió un balazo por parte de personal militar, “y ahorita, pues lo estoy velando aquí, y quiero que haga justicia por lo que hicieron”.