Año con año se rumora que en la colonia Campestre aparece una figura de otro mundo cuya apariencia atemoriza tanto a chicos como a grandes; como en cada mito urbano, hay más de una versión de esta historia. Estás por leer una de tantas.
Esta es la historia
Se dice que en los años 80 un circo arribó a la ciudad, este espectáculo traía consigo un sin fin de sorpresas para los espectadores como animales, malabares, trucos, animadores y la estrella de la noche; el pequeño payaso, quien con sus ocurrencias siempre se llevaba los aplausos y admiración de la gente.
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Este peculiar personaje tenía un solo defecto, uno que no era visible para los asistentes al show; el payaso era amante de lo ajeno.
Nadie entre los actores y participantes en el circo tenía idea de la razón por la cual se extraviaban objetos, dinero y diversas pertenencias de los cirqueros, nunca pensaron que el culpable de esto sería la estrella del circo, quien siempre actuaba con normalidad.
Cansado de perder las ganancias del circo, el dueño decidió poner una trampa, pondría un maletín lleno de dinero en su camarote y se escondería para ver quien era el responsable de los robos, no tardo mucho cuando el payaso del circo se hizo presente tomando el maletín entre sus manos para escapar con este.
Al ver a su más preciado elemento del circo robando el maletín, el dueño del circo fue invadido por la ira y se lanzó contra el payaso dándole una cruel muerte; cuenta la leyenda que para que nadie sospechara, el dueño del circo tomó el cuerpo del payaso y se deshizo de él cerca de un árbol en la colonia Campestre.
Desde aquel día el alma del payaso ronda y se personifica entre las calles de las colonias vecinas, entre la Campestre y la Madero. Este ente camina sin rumbo y a baja velocidad entre las casas.
Se dice que las personas que han llegado a verlo lo describen como un alma tranquila, sin intenciones de atemorizar a nadie, simplemente parece que está perdido y camina entre la oscuridad. ¿Alguna vez lo has visto?