Evitando que les tocaran los tamales, la rosca se partió por todos lados, pero no se salvaron de que les tocara “la bendición”, el monito o Niño Dios, pues dependiendo del tamaño del tradicional pan, al interior se encontraron desde tres hasta cinco “muñequitos”, así fue el antiquísimo festejo de Día de Reyes en la ciudad.
Ayer, durante la celebración del seis de enero, además de que los pequeños del hogar recibieron obsequios, la mayoría compartió la tradicional rosca en casa, en el trabajo, en cada uno de los rincones de la localidad, muchos tuvieron la oportunidad de degustar un pedazo de este rico pan, acompañado de su bebida caliente, pues el clima a pesar de alcanzar los 28 grados centígrados por la tarde, llamaba a degustar un chocolatito o una taza de café y hasta champurrado para acompañar el postre.
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En algunas tiendas el chocolate de barra se agotó, así como los galones de leche, sin duda el festejo tradicional llegó a la gran mayoría de los hogares, donde uno de los principales deseos fue tener salud.
Este año, también en algunas roscas, que iban desde la chica hasta la monumental, así como las tradicionales hasta excéntricas combinaciones, además de los niñitos, blancos o de colores, aparecieron figuras simulando una canasta de tamales o bien figuras de acción o personajes de moda, sin embargo nadie, de los que hayan obtenido al “muñequito” se escapa de preparar los tamales o la comilona para el 2 de febrero, Día de la Virgen de la Candelaria.