La situación migratoria de familias enteras provenientes en su mayoría de Haití y que mantiene en alerta a ambos lados de la frontera, tiene su epicentro en Acuña, Coahuila y Del Río, Texas, donde se han congregado cientos de personas en busca de recibir asilo, ya sea del lado americano o incluso quedándose en México.
Mientras esto sucede y las grandes poblaciones migrantes siguen asentadas en el territorio, existen organismos que se encargan de coadyuvar para mantenerlos en las mejores circunstancias posibles; tal es el caso de la ONG internacional Médicos Sin Fronteras, la cual tiene un equipo sede en Nuevo Laredo, por lo que, parte de sus colaboradores se encuentra allá socorriendo con atención médica y psicológica.
“De Nuevo Laredo actualmente acá en Acuña sólo estamos el conductor y yo, al ser un organismo internacional estamos con compañeros que vienen de Ciudad de México, Zacatecas, España, Alemania, Argentina, entre otros lugares”, destacó Irving Adrián Ortegón, médico responsable local.
“Actualmente estamos en esta misión de migrantes en Ciudad Acuña, atendiendo a la población que viene de Haití principalmente, se encuentran justo en la frontera esperando un proceso para solicitar asilo en Estados Unidos o un proceso para refugio en México, pero mientras están varados”.
Médicos Sin Fronteras brinda servicios de salud mental y consulta médica primaria debido a las extremas circunstancias a las que se enfrentan los caribeños durante el largo viaje desde su lugar de origen, incluso desde antes de que salen de su país.
“Vienen de un contexto lleno de violencia, de una ruta migratoria complicada y con muchos obstáculos en donde se someten a largas caminatas, a deshidratación y exposición a diferentes enfermedades”, explicó el especialista.
Ortegón destaca que ha sido una experiencia muy impactante y que como médico recibe con mucha gratitud, al poder ayudar a todas las personas que están pasando esta situación.
“Estamos viendo de primera mano todo lo que pasa, platicar con ellos y darme cuenta de todo lo que han vivido, el porqué salen de su lugar de origen y todo lo que atraviesan en la ruta migratoria, son situaciones a veces de un contexto precario; caminar muchos kilómetros, no tener acceso a alimentos o agua potable, estar expuestos a situaciones de violencia extrema, me hace entrar en su contexto también y generar mayor empatía”, señaló.
‘NO ES UN DELITO’
La población migrante de esta caravana está conformada principalmente por familias, tal como lo detalla el médico neolaredense, por lo tanto, es posible encontrar mujeres embarazadas, niños recién nacidos o de diversos rangos de edad, que requieren recibir atención de salud debido a las circunstancias que pasan.
“Los diagnósticos principales son consecuencia directa del contexto en el que se encuentran, duermen en el césped o en la tierra, incluso. Muchos con resfriados o infecciones respiratorias, también por cruzar el río una y otra vez, estar expuestos a las temperaturas bajas del agua, afecciones en la piel por estar expuestos a picaduras de insectos o por las mismas caminatas”. “Están expuestos a cambios del clima y afecciones gastrointestinales por no tener acceso a agua potable o alimentos de calidad”, detalló.
Ortegón expone que además de brindar atención médica integral, para la organización es importante visibilizar lo que ocurre actualmente en Acuña, pues es un asunto importante dentro del tema migratorio.
“Somos personas tratando con personas, todos tenemos derecho a recibir atención médica y de salud mental gratuitamente, lo que tratamos de hacer es ayudar a quienes se encuentran en esta situación tan complicada.
“Al final del día la migración no es un delito y cualquier persona tiene derecho a migrar, sobre todo si ha atravesado eventos de violencia o situaciones donde no es viable continuar en su lugar de origen”, puntualizó el galeno.
Según su experiencia platicando y atendiendo a los migrantes haitianos durante esta misión, ellos quieren tener asilo o refugio, muchos desean avanzar hacia Estados Unidos y otros quieren poder quedarse legalmente en México.
En Nuevo Laredo Médicos Sin Fronteras trabaja con la población migrante que habita en los diferentes albergues de la ciudad.