“Estamos luchando por vivir, por sobrevivir con nuestras hemodiálisis y con esta falta de tratamiento nos complicamos más y nos están llevando a la muerte”, expresó Lourdes Calderón, de 50 años, quien desde 2017 tiene las terapias de hemodiálisis en la clínica San José, servicio subrogado del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Como ella hay 72 pacientes renales en la misma condición; en su gran mayoría están en la espera de un órgano-riñón-, pero este no llega; la hemodiálisis es una esperanza de vida para estos pacientes, ya que hacen la función de sus riñones, y el que no se las den completas y los días que deben de ser, contamina su sangre y pone sus vidas en riesgo.
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Tal como le pasa a Lourdes, a quien la semana anterior no le dieron sus tres sesiones, por lo que su sangre se intoxicó y hoy no puede ni comer, pues las náuseas y el dolor de cabeza no se lo permiten.
Comentó que hay días en los cuales sólo les dan una hora, dos horas o dos horas y media, “y a veces no nos hacen nada”, y con una sola hora o media hora que les quiten les afecta en su salud.
Aunque esta problemática ya tiene varios años, este 2021, desde que entró la nueva administradora, las cosas se complicaron más en la clínica San José, renunciaron ya 10 trabajadores; los últimos cinco fueron la semana antepasada, esto por las condiciones de la clínica, como falta de pagos oportunos, seguros tardíos y otros problemas.
Otro de los afectados, Gerardo Rivas, comentó que no hay suficientes empleados capacitados, ya que los que estaban renunciaron, y ponen a personal de intendencia a hacer lo que debe hacer un enfermero profesional, algo que no sólo atenta contra la ley sino pone en riesgo la vida de los pacientes.
“Aquí no tenemos medicamentos que nos pongan cuando nos sentimos mal, no hay médico de guardia en la noche, por si se presenta esta situación, por lo que el poco personal que está tiene que ver cómo le hace”, señaló Jesús Quijano, otro de los afectados.
Los pacientes lo único que quieren son sus sesiones de hemodiálisis completas y un trato digno, pero el IMSS no se ha dado a la tarea de investigar qué pasa al interior de la clínica San José y mientras siguen batallando y con su vida pendiendo de un hilo.