Las celebraciones del Día del Padre terminaron en una tragedia, enlutando a una familia; hoy sus seres queridos lloran al padre, al hijo, al hermano y al amigo, quien por meterse a refrescarse en las aguas del río Bravo, perdió la vida.
Tras horas de angustia, los familiares de esta víctima del río Bravo tuvieron que acudir a reconocerlo en la funeraria en turno y darle el último adiós.
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Testigos narran que el hombre, de tez morena y complexión delgada, que vestía pantalón de mezclilla y cinturón negro, se metió al caudal del Bravo, bajo los influjos del alcohol, pese que personal de Protección Civil hizo el llamado para que no se introdujeran a las bravas aguas del río.
Ignorar la advertencia por parte de las autoridades de evitar meterse a bañar al afluente, por los riesgos que representa para la población, le costó caro a este padre, quien hizo oídos sordos a este llamado, y perdió la vida ante la presencia de su familia y amigos, quienes hoy lloran su ausencia.
A pesar de que el afluente en los últimos días ha registrado un nivel de agua por debajo de lo normal, su letalidad sigue vigente, pues quienes se aventuran a internarse en sus aguar corren gran riesgo de ser arrastrados por las fuertes corrientes o bien, quedar atorados entre las piedras y plantas acuáticas que se encuentran en el fondo.
El llamado a Protección Civil y Bomberos se realizó el domingo, Día del Padre, a las 5:25 de la tarde, para reportar la tragedia: un hombre que se metió a nadar al caudal a la altura del patinadero, quien por más intentos que hizo para salir no pudo, el río Bravo se lo tragó, y ayer a las 3:40 de la tarde reportaron su cuerpo atorado a 300 metros río abajo del patinadero, el cual fue rescatado a las 4:30 de la tarde, aún sin identificar, ya que no traía documento alguno.