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Hipertensión, riesgo de daño en los riñones

La revisión periódica de la presión arterial ayuda a mantener un control de la enfermedad.

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Ante la nueva modalidad que se vive por la pandemia del Covid-19, las personas que padecen de hipertensión arterial deben evitar el sedentarismo, consumir alcohol y tabaco, y tener una alimentación sana, hacer un lado la sal y seguir aplicando las medidas sanitarias.

Además de tomar su tratamiento y tengan un buen control en sus niveles arteriales, es ideal para que un paciente hipertenso tenga menos complicaciones.

Alejandro Soto Villa, director médico del Hospital del Seguro Social, dijo que se mantiene la terapia farmacológica para sus derechohabientes, por lo que se han favorecido estrategias como la receta resurtible para evitar el riesgo de contagio.

Mencionó que con ello se garantiza que el paciente tenga dotación de medicamento para tres meses, sin necesidad de acudir a la unidad médica, además de mecanismos de promoción de la salud, para tratar de mantener un estilo de vida saludable, aunque permanezca en casa.

Destacó que un paciente con hipertensión arterial controlada puede llevar una vida normal, pero debe mantener una dieta saludable y hacer ejercicio físico; sin embargo, quienes no se controlan, pueden desarrollar complicaciones crónicas como daño renal, ceguera u otras enfermedades cardiovasculares.

Afirmó que para prevenir este padecimiento es necesario evitar algunos factores de riesgo como el sedentarismo, sobrepeso y obesidad, consumo de tabaco, la ingesta excesiva de sal y hacer la detección oportuna.

Explicó que a través de PrevenIMSS, el Seguro Social realiza, de manera anual, la toma de presión arterial a los derechohabientes, con la finalidad de verificar que los niveles sean óptimos y detectar alguna sospecha de la enfermedad.

Refirió que la hipertensión arterial es una enfermedad crónica producida por factores diversos, entre ellos los genéticos o hereditarios. 

Añadió que de acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2018, en el país hay más de 15 millones de personas, de 20 años y más, con hipertensión, y se estima que existe una proporción similar sin el diagnóstico y sin control médico.