Ansiedad, depresión y duelo por no poder despedirse de un ser querido, es lo que dejó la emergencia sanitaria por el coronavirus en Nuevo Laredo, que de no ser atendidas podría derivar en el suicidio. En este año, como consecuencia de todo lo que se ha vivido durante estos casi dos años de pandemia, previo a todos los problemas emocionales que venían arrastrando, 18 neolaredenses se han quitado la vida. No es para menos, en esta época decembrina y parte de enero los problemas emocionales se disparan 30% , manifestó María Guadalupe Gallegos, coordinadora del programa de Salud Mental y Adicciones, en la Jurisdicción Sanitaria no. 5. “La pandemia nos ha dejado muchos problemas emocionales, que ya se venían arrastrando, pero que se recrudecieron por esta contingencia, y hoy vemos que son mucho más los adultos que buscan apoyo profesional para salir de la depresión”, declaró.
Comentó que si bien se atienden a través de sus diversos centros a niños, en su gran mayoría son entre los 18 y 56 años de edad, ya que las mamás tienen temor de que sus hijos se contagien. En este año, señaló que se ha tenido mucha respuesta por parte de la población, a los cuales a través de las unidades de la Secretaría de Salud les hemos brindado el apoyo profesional para que salgan adelante.
Manifestó que una de las situaciones que se han encontrado, especialmente entre los menores, y que los padres desconocen, es que muchos de ellos han pensado en matarse y otros ya lo intentaron. Recomendó que es muy importante que en casa los padres estén al pendiente de sus hijos, y no minimicen el que ellos se aislen en casa, que cambien su conducta y digan: “Es así, está chiflado, está en el desarrollo, eso no es normal y es vital que tomen en serio estas señales para que no caigan en depresión y se agrave al grado de querer quitarse la vida”.