Los dos Laredos se prepararon para la reapertura de puentes internacionales, pero los visitantes no llegaron; esta vez la expectativa no se cumplió.
Con semanas de anticipación se realizaron preparativos para recibir al primer minuto del 8 de noviembre una ‘oleada’ de compradores o visitantes mexicanos ansiosos de cruzar a Estados Unidos, pero apenas algunas decenas de vehículos regiomontanos llegaron para ser los primeros en cruzar.
La expectativa era de tales proporciones que CBP (Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza) asignó agentes adicionales para poder manejar lo que sería un flujo extraordinario, ahora que finalmente serían admitidos por vía terrestre los mexicanos con visas de turista sin razones esenciales para cruzar, mientras que en Nuevo Laredo se habilitó el carril de locales, incluso se instaló un módulo de atención por parte de elementos de Protección Civil y Bomberos, además se colocaron baños portátiles para quien lo requiriera y hubo agentes de Tránsito asignados al bulevar Colosio para dar orden a las largas filas, que no ocurrieron.
En las calles de Laredo aledañas a los puentes se colocaron incluso grandes anuncios luminosos con mensajes como “Te extrañamos”.
También para esa afluencia esperada, luego de 597 días de ausencia de compradores mexicanos, los comercios debieron prepararse para invertir en mercancía y hasta contratación de personal y, aunque sí llegaron algunos visitantes mexicanos, el aforo no era el contemplado.
Durante gran parte del día de ayer, la plancha del Puente Internacional Número 2 lució vacío, pues precisamente tratando de anticiparse a un posible aforo extraordinario que el propio CBP había advertido, minutos antes de la medianoche de domingo para lunes, se formaron varias decenas de vehículos, pero estos con placas de Texas, se trataba de residentes fronterizos que cruzan regularmente por motivos de trabajo o estudios, que buscaban evitar las largas filas y de esta manera cumplir con sus compromisos.
Autoridades en ambos Laredos, así como en el resto de la frontera entre México y Estados Unidos, donde se replicó el fenómeno aquí descrito, estiman que el flujo esperado podría cumplirse, pero hasta el fin de semana, que además de coincidir con el esquema de pago quincenal de muchos centros de trabajo, resulta más cómodo para miles de compradores, al tener días de descanso de sus empleos y en el caso de los burócratas hasta un adelanto de su aguinaldo.