Al menos 500 litros por segundo de aguas residuales son los que se descargan al río Bravo desde los diferentes arroyos de la ciudad, representando una afectación importante al afluente que dota del vital líquido que consumen los ciudadanos de los dos Laredos.
Luego de que en días pasados se retomara el tema del programa de saneamiento de la frontera norte “Gran Visión”, sale a relucir que, principalmente el colapso de los colectores que no fueron atendidos en la ciudad es lo que ha duplicado estas descargas desde el 2018.
“La planta internacional de aguas residuales, por ejemplo, está trabajando de manera cabal, pero el agua residual no está llegando al cien por ciento a ella, debido a que los colectores colapsaron”, explicó sobre algunas de las causas el ingeniero Agustín Boone, actual encargado del área de operación de la CILA.
Estos flujos que además se acompañan por residuos fecales o partículas coliformes en altos niveles a causa de aguas negras provienen de por lo menos 10 diferentes afluentes de la ciudad, en su mayoría de los tres principales, La Joya, Alazanas y El Coyote, según indica la CILA; este último por sí solo representa el flujo más grande, de 250 litros por segundo.
En 2011 las descargas de aguas residuales eran de 300 litros por segundo y en 2015 registraron una baja a la cantidad antes mencionada, pero las lluvias registradas en 2018 colapsaron muchos drenajes que no fueron atendidos en la administración anterior, lo que terminó por duplicar la cantidad de agua no tratada que se vierte al río, quedando actualmente en más de 500 litros por segundo.
BORBOTONES DE AGUAS NEGRAS
Existen al menos 11 descargas fuertes, una de ellas es el arroyo El Coyote, que a su vez engloba cerca de 30 “pequeñas” descargas que en suma representan un serio problema de contaminación.
Una de las más severas descargas ocurre en el área nororiente de El Laguito, que representa su principal ingreso de agua, que es residual y se acumula en el lago carente de oxigenadores, algo que ha sido devastador para la flora y fauna de dicho espacio.
En el arroyo El Coyote, en el sector Fovissste-Benito Juárez, específicamente a la altura de las calles Paseo de la Cañada y General Miramón, se observa una fuerte descarga de aguas residuales que se vierten de manera constante al afluente.