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Matachines, danza para la divinidad

La costumbre viene con los franciscanos que vienen del convento de la Santa Cruz de Querétaro y traen familias tlaxcaltecas

Escrito en NUEVO LAREDO el

Los matachines es una danza mestiza, se ofrenda a la divinidad, a la Virgen de Guadalupe, Jesús o Cristo, a los santos; es una fusión de la religiosidad española e indígena informó la profesora Griselda Guadalupe Oport Charrón, quien perteneció al Instituto de Investigación y Difusión de la Danza hasta su retiro después de tres décadas.

Los danzantes le bailan a la Virgen en una de las peregrinaciones más grandes y a San Judas en la localidad, se convocan a los grupos de danzantes, por eso se ve la mezcla en los atuendos.

Las plumas, bordados, que llevan en los atuendos traen simbolismos prehispánicos, las sonajas, arcos, pero ¿a quién se le danza?: A Dios, a la Guadalupana, que es una virgen muy mexicana en una religiosidad católica.

“Nuestra región estaba poblada por tribus que eran muy hostiles, los franciscanos que vinieron del convento de la Santa Cruz de Querétaro trajeron familias tlaxcaltecas a los que les habían otorgado ciertos privilegios por haber ayudado a las autoridades españoles a combatir a los mexicas”, contó la docente de educación primaria.

Con ellos los acompañaban las autoridades eclesiásticas, se trae a las familias tlaxcaltecas y se asientan en algunos lugares de Nuevo León, uno de ellos en Bustamante, esa influencia de tlaxcaltecas y crearon sus danzas en el noreste mexicano y se venera al Señor de Tlaxcala.

“En cada lugar y región hay danzas que son muy rápidas con demasiados giros y muy altos, la nuestra es más asentada, hacia el piso, utilizando huaraches de lámina con tiras de baqueta para venerar a la virgen. A partir del 3 al 12 de diciembre”, recordó la egresada de la Escuela Normal Cuauhtémoc.

Las personas que han tenido la oportunidad de pertenecer a al grupo de danzantes, cuando lo hacen con aquella devoción, es tanto la conexión que se tiene que el cansancio no se tiene, lo que les permite danzar por horas.

“La danza los conecta, no existen escuelas para danzas mestizas, se aprende por tradición familiar, hay danzas creadas por jovencitas que aprendieron viendo a otras y las conozco, pero no saben el significado, ni cómo llegar al santo al que se está danzando, en algunas los he orientado”, contó
Como docente dijo que les comunica sus conocimientos y enseñanzas y elogia sus ganas al iniciar un grupo de danzantes adolescentes que en lugar de hacer cosas incorrectas se congregan para enseñarse unos a otros aunque no sepan qué están haciendo.

“Desde el momento que están ellos danzando con ese gusto es bueno y existan esas agrupaciones, danzar es una conexión con la divinidad, yo aprendí con el profesor Jesús Treviño Gallegos, mi maestro de danza hace 40 años cuando tenía 7 años, en la Escuela Lauro Aguirre y empieza a formar el grupo Mextli en los setentas y seguí bailando.”, dijo.

El maestro Treviño ha congregado a los matlachies en Nuevo Laredo y un gran historiador u y conocedor de nuestras danzas autóctonas Don Antonio Velazco Piña le da un concepto: danzar, “Es la mística identificación con lo sagrado”, distinto a los diccionarios.

“Este concepto lo consideró lo máximo porque quiere que los mexicanos conozcamos e identifiquemos como mexicanos y de dónde venimos acudiendo a zonas indígenas, aprendiendo coreografías y pisadas, al empezar a danzar nos sentimos que ya no estamos aquí, como si estuviéramos flotando, una conexión entre la divinidad y nosotros los humanos y lo veo cuando los danzantes no parecen ser ellos, están en esa comunión cuando van rumbo al santuario”, manifestó.

Agregó que los pasos son peticiones a la divinidad, pero en realidad no se sabe y en la parte norte es probable que Tlaxcala es un lugar cercano a la Ciudad de México donde sus danzas son autóctonas la gran mayoría pero al venir acá con los franciscanos que alaban a Jesús, un Dios creador, empieza la mezcla y fusión de lo autóctono con lo español.

“Estamos hablando del siglo XVI o XVII en la época de la colonia, estaban asentados los franciscanos y venir al noreste a caballo o a pie los tlaxcaltecas ya la danza

Algunos accesorios que complementan el atuendo son las sonajas, las plumas en los penachos y tocados de los matlachines que no existían como tal antes de la llegada de los españoles.

“Antes eran danzas autóctonas en las que se utilizaba nada más el caracol, el teponaxztle huehuetl y los tenábaris en las pantorrillas, aquí ya hay ropa, antes se desconocía con los penachos con plumas de pollo que se escogían y teñían para el penacho, sonajas de otros materiales como latas de aluminio o plástico que simula los que utilizan los concheros”, indicó.

Explicó que hay diferentes danzas de matlachines, los que se danzan en el norte cuando nos toca ver los arcos es una danza guerrera.

Las faldillas o maguillas se dividen en dos partes, como la machtla o taparrabos que usan los indígenas, con un colorido, y los popotillos eran de carrizo ahora son de popotes y al danzar se escucha un sonido muy peculiar y cada danzante dijo antes eran puros varones quienes danzaban.

Cada danzante le pone el bordado que desee, la Virgen de Guadalupe, San Judas Tadeo o símbolos prehispánicos, grecas, agua, el escudo nacional, el sol Tonatiuh, la diosa de la luna Mechtli.

La maestra afirma que como danzante ha vivido muchas facetas y épocas, como cuando participó en el congreso de Chiapas cuando vistió el atuendo de matlachín lo más apegado al original, recuerda a su maestra de danza en secundaria Martha Isabel Loyo Treviño hasta su retiro en el 2017.

“Nos gusta danzar casi pagábamos por hacerlo, bailamos con el corazón más que con los pies y ensayábamos hasta la madrugada por lo general y se reciben grupos se confeccionaban los vestuarios, cortábamos y cocíamos además de la y escenografías para la presentación

Finalizó la profesora Griselda Oport Charrón que no es lo mismo danzar que bailar, “se crea una energía singular y se atraen cosas bonitas, yo misma fui danzante, nos gusta y quien lo hace, lo hace de corazón”.


En la localidad los matachines le danzan a la Virgen de Guadalupe desde que inician las peregrinaciones.

Algunos accesorios que complementan el atuendo de los matlachines son las sonajas y las plumas.

La danza los conecta, no existen escuelas para danzas mestizas, se aprende por tradición familiar.Griselda Guadalupe Oport Charrón perteneció al Instituto de Investigación y Difusión de la Danza.