Durante la conferencia matutina de este martes, la presidenta Claudia Sheinbaum y el secretario de Salud, David Kershenobich, abordaron los riesgos asociados al consumo excesivo de bebidas azucaradas, especialmente entre la población infantil y juvenil.
Kershenobich explicó que los hábitos de consumo de los adultos en su núcleo familiar suelen replicarse entre los niños y adolescentes, lo que aumenta la probabilidad de problemas de salud a temprana edad.
Las niñas, niños y jóvenes, además de enfrentar problemas de salud como enfermedades crónicas, son susceptibles a picos y caídas en sus niveles de glucosa y en su estado de ánimo.
El secretario detalló cómo funcionan estos efectos: una subida rápida de azúcar genera energía y buen ánimo momentáneo, mientras que la caída posterior provoca fatiga, irritabilidad y antojos. Además, alertó que las personas que consumen cuatro o más bebidas azucaradas al día tienen 40 por ciento más riesgo de padecer ansiedad y depresión, según estudios recientes.
Durante la conferencia, Sheinbaum destacó la necesidad de fomentar hábitos saludables desde el hogar y en las escuelas, promoviendo la educación alimentaria y la disponibilidad de opciones más saludables para niños y jóvenes.
Asimismo, se informó que la Secretaría de Salud continuará impulsando campañas de concientización para reducir el consumo de azúcares añadidos y prevenir enfermedades crónicas como obesidad, diabetes y problemas cardiovasculares.
La presidenta enfatizó que la salud infantil y juvenil es una prioridad del gobierno federal, y reiteró el compromiso de trabajar en coordinación con padres, escuelas y comunidades para proteger a las nuevas generaciones.