En los años 50, Monterrey fue testigo de la presencia de uno de los líderes más emblemáticos del siglo XX, Fidel Castro, quien caminaba por las calles de la ciudad acompañado de Ernesto “El Che” Guevara, rumbo a una cantina que pasaría a la historia: “La Favorita”, ubicada en el cruce de Vallarta y Aramberri, la cual se inauguró en 1933 y sigue en función.
Según José García Martínez, propietario del lugar, Castro frecuentaba el bar luego de sus jornadas de trabajo, disfrutando de un par de cervezas y de la música local.
El Che y Fidel empezaron a venir, se hicieron clientes habituales y hasta amigos de la casa.
En una de esas visitas, se dice que la cantina se convirtió en escenario de planes revolucionarios, pues allí se acordó el contrabando de armas para iniciar la Revolución Cubana.
Según testimonios, un contacto vinculado a un sindicato de fotógrafos transportaba las armas desde Estados Unidos hasta Veracruz, aunque nunca llegaron a Monterrey.
El mito de Fidel Castro en Monterrey se refuerza con relatos de quienes lo conocieron, como el propio José García, quien recuerda cómo Castro conservaba la memoria del bar.
Cuando preguntó de dónde eran ellos y le dijeron que, de Monterrey, recordó de inmediato ‘La Favorita’ de Don Prisciliano, mi padre.
Para muchos, imaginar que el líder cubano pasaba sus tardes planeando movimientos revolucionarios mientras disfrutaba de una cerveza es tan fascinante como increíble.
Además de la cantina, hay una fotografía histórica que evidencia la presencia de Castro en Monterrey. Fue tomada en 1952 por Rafael Domínguez, exdirector del Salón de la Fama del Beisbol, durante el bautizo de la hija del pitcher de los Sultanes, Lázaro Salazar. En la imagen aparecen, además, la famosa Yolanda Montes, “Tongolele”, y otros personajes de la época.
La historia se complementa con rumores locales sobre empleos temporales de Castro en la ciudad y la participación del propio “Che” Guevara en Monterrey, aunque estos datos no han podido ser confirmados documentalmente.
Sin embargo, la combinación de testimonios, fotografías y relatos familiares convierte a Monterrey en un punto curioso y poco conocido dentro de la historia de la Revolución Cubana.
Hoy, quienes visitan el centro de Monterrey pueden acercarse a “La Favorita” y sentir el mismo ambiente que, según los relatos, inspiró a uno de los líderes más controvertidos del mundo, recordando que incluso las calles regias fueron testigo de los comienzos de un movimiento que cambió la historia.