El Mayo Zambada, figura central del narcotráfico mexicano durante más de tres décadas, confirmó a través de una notificación judicial que modificará su declaración de inocencia previa para aceptar culpabilidad.
La audiencia será presidida por el juez Brian M. Cogan, el mismo magistrado que dictó cadena perpetua a Joaquín “El Chapo” Guzmán en 2019. Con este movimiento, el veterano capo evita un proceso público que habría expuesto más detalles sobre las operaciones del Cártel de Sinaloa y sus redes internacionales.
Los beneficios de 'El Mayo' Zambada por declararse culpable
El viraje legal de Zambada implica reconocer responsabilidad en delitos de tráfico de drogas, armas, lavado de dinero y homicidio, cometidos desde finales de los años ochenta hasta su captura en 2024.
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Fuentes cercanas a la fiscalía señalan que el acuerdo podría incluir cooperación con las autoridades estadounidenses, una opción que abriría la puerta a revelar información sobre rutas de fentanilo, socios financieros y posibles vínculos con autoridades corruptas en ambos lados de la frontera.
Las implicaciones para el Cártel de Sinaloa son profundas. El arresto de Zambada, presuntamente facilitado por Joaquín Guzmán López en un operativo en Texas, ya había generado fracturas internas con la facción de “Los Chapitos”.
De confirmarse su colaboración con la justicia estadounidense, analistas anticipan un recrudecimiento de la violencia en la región y una posible reconfiguración del mapa criminal en México.
Estrategia legal
En paralelo, el proceso contra Zambada se entrelaza con las causas judiciales de los hijos del “Chapo”: Ovidio Guzmán, quien ya se declaró culpable en Chicago, y Joaquín Guzmán López, cuya audiencia fue pospuesta para septiembre.
Este patrón sugiere una estrategia conjunta del cártel para minimizar la exposición mediática y negociar beneficios judiciales en territorio estadounidense.
El significado político y diplomático no es menor. La confesión de Zambada podría tensar la relación México–Estados Unidos si emergen datos sobre colusión de funcionarios, mientras que en Washington se reforzará la narrativa de firmeza contra el crimen organizado.