El peso mexicano frenó su apreciación reciente y retrocedió este miércoles 9 de julio, cerrando en 18.64 unidades por dólar. El debilitamiento de la moneda nacional se presentó luego de que las actas más recientes de la Reserva Federal (Fed) indicaran que el ciclo de relajación monetaria podría demorar más de lo anticipado, debido a riesgos inflacionarios que aún persisten.
La reacción de los mercados se dio tras conocerse que, en la reunión de política monetaria del pasado 17 y 18 de junio, la mayoría de los funcionarios del banco central estadounidense optaron por mantener una postura prudente.
Peso mexicano toca el cielo y después cae
Aunque algunos consideraron viable un recorte próximo, prevaleció la preocupación por presiones de precios, especialmente ante un eventual retorno de aranceles propuestos por Donald Trump.
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De acuerdo con Gabriela Siller, directora de análisis económico en Banco Base, el contenido de las minutas reforzó al dólar, al anticiparse que los efectos de los aranceles tardarán en reflejarse en los precios, lo que complica el panorama para ajustes a la baja en la tasa de interés. Esta postura reduce el atractivo de activos en mercados emergentes, afectando directamente al peso mexicano.
A la par del comportamiento cambiario, la Bolsa Mexicana de Valores también resintió el impacto. El índice S&P/BMV IPC registró una caída del 0.87%, siendo arrastrado por la pérdida de valor en acciones del sector financiero.
Banregio encabezó las bajas con una contracción superior al 8%, seguido de Banco del Bajío con una reducción del 5.37%.
En el ámbito de la deuda, los bonos del gobierno mexicano también mostraron ligeros ajustes a la baja en sus rendimientos. Este conjunto de factores financieros refleja la creciente sensibilidad de los mercados ante la evolución de la política monetaria estadounidense.
Así, el peso mexicano concluyó la jornada con un retroceso que modera su desempeño reciente.