En una jornada marcada por la expectativa de decisiones clave en política comercial y monetaria, el peso mexicano conserva una posición estable frente al dólar estadounidense.
Este sábado 26 de julio, la moneda nacional presentó una ligera variación que, aunque técnica, fortalece el mensaje de confianza que los inversionistas están enviando hacia el comportamiento económico de México.
Peso resiste embates globales
El tipo de cambio se ubicó en 18.54 pesos por dólar, lo que implicó una depreciación marginal del 0.06% frente al cierre anterior. Esta cifra, si bien mínima, adquiere valor en un contexto dominado por la incertidumbre global, donde los mercados emergentes suelen mostrar mayor vulnerabilidad.
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En contraste, el peso mexicano ha demostrado una capacidad singular para mantenerse sin sobresaltos.
Los bancos centrales del mundo y las posibles medidas arancelarias que podría imponer Estados Unidos a partir del 1 de agosto mantienen a los mercados financieros en modo de espera.
Sin embargo, el escenario mexicano no ha cedido a presiones especulativas de gran escala. Datos recientes revelan una demanda constante por activos denominados en pesos, respaldada por el diferencial de tasas y una expectativa de disciplina fiscal.
Entorno cambiante
El precio de venta del dólar en ventanillas bancarias se movió entre los 18.82 y los 19.20 pesos, según cifras de instituciones como BBVA, Banco Azteca y Banorte. Esta dispersión responde a estrategias prudentes de las entidades financieras ante un entorno cambiante que podría redibujar los flujos de capital en cuestión de días.
Economistas recomiendan estar atentos a los próximos comunicados tanto del Banco de México como de la Reserva Federal, ya que cualquier señal sorpresiva podría modificar el curso del peso. Aun así, el panorama actual permite afirmar que el peso mexicano resiste embates globales, y su futuro inmediato estará atado al equilibrio entre decisiones externas y fundamentos internos.