Ante la noticia de que la empresa española Iberdrola habría contratado al banco Barclays para gestionar la venta de sus quince plantas de generación eléctrica en México, la presidenta Claudia Sheinbaum rechazó que esta posible salida esté motivada por una supuesta falta de certeza jurídica en el país.
Hay certeza jurídica para que puedan operar, vamos a ver si es cierta esta noticia, pero no tiene que ver con que no haya certeza jurídica.
La mandataria subrayó que las reglas del juego en el sector eléctrico mexicano están claramente establecidas y que las empresas extranjeras pueden operar bajo condiciones transparentes.
De confirmarse la operación, se trataría de una venta valuada en aproximadamente 4 mil millones de euros, es decir, alrededor de 4 mil 689 millones de dólares, lo que significaría la salida definitiva de Iberdrola del mercado mexicano.
La mayoría de las plantas involucradas en la transacción son de energías renovables, una parte clave de la apuesta energética global y de la propia agenda energética del país.
Aunque la presidenta no confirmó ni negó directamente la veracidad de la venta, su mensaje fue claro: México ofrece condiciones legales estables para la inversión en el sector energético, y cualquier decisión empresarial, como la salida de Iberdrola, responde a motivos propios de la compañía, no a un entorno adverso.
Este posible movimiento marca un punto de inflexión en la presencia de empresas extranjeras en el sector energético nacional, justo en un momento en que México busca fortalecer su soberanía energética sin cerrar la puerta a la inversión privada.